Cruzada aérea por mares libres de basura plástica

La aerolínea chárter Hi Fly, con sede central en Lisboa, emprendió una cruzada aérea inspirada en el objetivo de frenar la marea de desechos plásticos que envenena sin cesar los océanos.
La iniciativa despegó con un histórico viaje de 100 parejas de recién casados en un vuelo sin artículos desechables de plástico, que partió el pasado 26 de diciembre de la capital lusa a la ciudad brasileña de Natal, famosa por sus soleados festejos navideños en un fabuloso entorno playero.
Durante ese primer vuelo, el primero de cuatro que se realizarán durante 2019, como parte de un ensayo para demostrar la posibilidad de eliminar los recurridos objetos plásticos “úselo y tírelo”, fueron suprimidos a bordo vasos, cubiertos, botellas de refrescos, las bolsas individuales que contienen almohadas y mantas, cepillos de dientes, entre otros.
En su lugar los pasajeros recibieron cubiertos de bambú, recipientes biodegradables, envoltorios de papel y artículos sostenibles para evitar hasta 350 kilos de residuos anuales.
Los vuelos del experimento se realizarán a bordo de un Airbus A340, decorado en su exterior con una gigantografía que muestra un escenario costero de manglares cubiertos por bolsas plásticas.
“Ya no podemos ignorar el impacto que tiene la contaminación plástica en los ecosistemas, así como en la salud humana”, dijo el presidente de la compañía portuguesa, Paulo Mirpuri.
Según informa la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), los pasajeros de las aerolíneas generaron más de 5.7 millones de toneladas de residuos de cabina en 2017, una cifra que se duplicaría dentro de quince años si no se tomara ninguna medida.
La cruzada de Hi Fly pretende ahorrar hasta 350 kilos de plástico durante su puesta en marcha.
Cerca de 100 000 aviones comerciales despegan a diario en todo el mundo y el año pasado volaron cuatro mil millones de pasajeros.
La previsión para las próximas dos décadas es doblar esa cifra, como advirtió Mirpuri, y si la iniciativa de Hi Fly prende y se torna tendencia, será algo más que simbólica.
"Estamos encantados de que Hi Fly sea la primera compañía a nivel mundial en afrontar este reto", dijo Mirpuri.
“El desecho de plástico de un sólo uso es un movimiento prometedor para la industria de la aviación”, pero analistas del sector se preguntan: ¿seguirán otras aerolíneas el ejemplo?
Al margen de la iniciativa puesta en acción por Hi Fly, tanto antes como después de su histórico vuelo varias aerolíneas han anunciado su intención de dar pasos dirigidos a proteger los ecosistemas, muy ligados a la industria turística.
Ryanair, la mayor low cost europea, anunció el año pasado su intención de liberarse del plástico para 2023 como parte de un plan de cinco años para convertirse en “la aerolínea más ecológica”.
Su rival, EasyJet también se declaró partidaria del abandono de los plásticos de un solo uso.
Air New Zealand anunció en octubre pasado que ya había eliminado 3 000 pajillas, más de 7 millones de agitadores de café y medio millón de bolsas de mascarillas y cepillos de dientes de sus salones y aeronaves, y que durante el próximo año prohibiría otros 14 artículos de plástico. Entre ellos vasos de plástico, tapas y bolsas.
Medios afines a la defensa del Medio Ambiente subrayan las asombrosas cifras de la contaminación marina por los desechos de objetos plásticos utilizados una vez que van a dar a los océanos.
Valga un botón de muestra: Cinco trillones son las piezas de microplástico en el océano, equivalentes a una carga de camión de basura cada minuto.
Significativamente para la industria de viajes, afirmó Alice Macandrew, directora de asuntos corporativos del grupo en Thomas Cook, la cantidad de basura plástica que ingresa al Mediterráneo aumenta en un 40% durante los meses de verano, lo que demuestra un vínculo directo entre nuestra industria y la contaminación por plásticos.
Alrededor de ocho millones de piezas de plástico entran al océano cada día, agregó la ejecutiva de la empresa que promete retirar 70 millones de plásticos de un sólo uso, equivalentes a 3,500 maletas llenas, de sus centros turísticos durante el próximo año.
Entre las firmas renombradas ligadas al sector turístico que se hacen eco de la campaña de protección de los mares descuella National Geographic España.
La influyente publicación propuso a los participantes ponerse en el lugar de las tortugas marinas, una de las especies más castigadas por la muerte por asfixia al confundir las bolsas de plástico con medusas, su principal fuente de alimento.
La Unión Europea, por su parte, cofinancia el proyecto denominado Life + Zero Cabin Waste, para mejorar el reciclaje de residuos de catering de las compañías aéreas.
La iniciativa, que se desarrolla en aviones de Iberia, cuenta con el apoyo de las autoridades sanitarias españolas, además de organizaciones como IATA o Aena, entre otras.
Se desarrollará durante 40 meses en diferentes fases y su objetivo final es que se puedan recuperar el 80% de los residuos que se generan en las cabinas de los aviones.
El impacto del primer vuelo libre de plásticos de la pequeña aerolínea charter Hi Fly, sin embargo, establece una marca entre un antes y un después, que la consagra como pionera de una original defensa del mar por los dueños de los cielos.