EE.UU. elimina el requisito de quitarse los zapatos en los controles de seguridad aeroportuaria
Por primera vez en casi dos décadas, los viajeros en Estados Unidos ya no tendrán que quitarse los zapatos durante los controles de seguridad en los aeropuertos. La medida, anunciada este martes por la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, entra en vigor de manera inmediata y a nivel nacional, tras los resultados positivos de un programa piloto.
“Será un proceso mucho más ágil”, afirmó Noem. “Creo que la mayoría de los estadounidenses estarán muy contentos de poder mantener sus zapatos puestos”. Sin embargo, aclaró que en algunos casos los agentes de la TSA aún podrán pedir a los pasajeros que se los quiten si se considera necesario aplicar capas adicionales de revisión.
La política de retirar el calzado fue implementada en 2006, como reacción al intento de atentado de Richard Reid, conocido como el “terrorista del zapato”, ocurrido en 2001. Desde entonces, todos los pasajeros entre 12 y 75 años estaban obligados a quitarse los zapatos, a menos que formaran parte del programa TSA PreCheck, un servicio pago que permite evitar ciertos pasos del control, como quitarse zapatos, cinturones y sacar laptops del equipaje.
Aunque ahora la nueva política se aplica a todos los viajeros, TSA PreCheck continuará ofreciendo una experiencia más rápida, ya que los pasajeros aún deben colocar otros artículos como chaquetas, ordenadores portátiles y artículos de tocador en la cinta para ser escaneados bajo los procedimientos estándar.
Noem también anunció que la TSA está revisando otras políticas con el objetivo de simplificar y agilizar aún más el proceso de seguridad en los aeropuertos. En los próximos meses se probarán carriles dedicados para personal militar y familias con niños pequeños, y se esperan más innovaciones en un plazo de seis a ocho meses.
En los últimos años, la TSA ha incorporado tecnología de reconocimiento facial, ha implementado los requisitos de la Real ID y ha desplegado equipos de escaneo avanzados, como parte de sus esfuerzos de modernización. Estas iniciativas buscan mejorar la seguridad al tiempo que se reduce la fricción en la experiencia del pasajero.
La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) fue creada en 2001, tras los atentados del 11 de septiembre, y supuso un cambio radical en los controles de seguridad al sustituir a los contratistas privados por agentes federales. A pesar de que los procesos de la TSA se han vuelto familiares para los viajeros, las quejas por demoras, largas filas y protocolos confusos han sido constantes, sobre todo en períodos de alta demanda.
La reciente modificación responde a una ola de críticas públicas, impulsadas a principios de este año por Sean Duffy, exsecretario de Transporte bajo el gobierno de Donald Trump, quien calificó a la TSA como la “queja de viaje número uno” en redes sociales. Poco después, Trump despidió al administrador de la TSA, David Pekoske, quien había sido ratificado en el cargo por el presidente Joe Biden. Según el sitio web de la agencia, la posición continúa vacante.
Hasta el momento, esta medida solo ha sido implementada en Estados Unidos. Aunque algunos países han mostrado interés en adoptar enfoques más ágiles en la seguridad aeroportuaria, ningún otro ha anunciado oficialmente la eliminación del requisito de quitarse los zapatos.




