La resaca del Día de Acción de Gracias colapsa los aeropuertos
Foto: The New York Times
La cifra récord de 81.8 millones de viajeros movilizados por el Día de Acción de Gracias en Estados Unidos está dejando una estela de caos logístico que se prolongará hasta la próxima semana.
Este masivo flujo de personas, impulsado por una recuperación económica sólida y el deseo de viajar, se encontró con una infraestructura aérea ya tensa y una serie de sistemas climáticos adversos, creando una "tormenta perfecta" operativa.
El problema no reside sólo en los vuelos que despegaron antes del jueves, sino en los millones que deben regresar a casa este domingo y lunes. Aeropuertos clave como Chicago O'Hare, Denver International y los grandes hubs del noreste (JFK, Newark, Boston) se han convertido en embudos de retrasos.
Las demoras de un solo vuelo han generado un efecto dominó que descoloca tripulaciones y aeronaves en todo el país, dificultando la recuperación del ritmo operativo normal.
Expertos en aviación, como el analista Bob Johnson, señalan que la cadena de cancelaciones generada en la última semana no se normalizará hasta, al menos, el miércoles próximo.
“Las aerolíneas están entrando en modo de ‘recuperación total’. Eso significa que los vuelos de principios de diciembre, que suelen ser cruciales para los viajes corporativos, serán vulnerables a la reprogramación mientras intentan reubicar miles de maletas y de personal,” explicó Johnson.
Además del volumen, la escasez de personal en la Administración Federal de Aviación (FAA) y la Seguridad en el Transporte (TSA), un tema recurrente en 2025, está exacerbando los problemas. Si el personal de tierra no puede mover las aeronaves con suficiente rapidez, o si los controladores aéreos deben espaciar los aterrizajes debido a la fatiga, los retrasos se vuelven inevitables.
Los viajeros que tienen vuelos de negocios o regresan a casa al inicio de diciembre deberán planificar con gran holgura, monitorear activamente el estado de sus vuelos y considerar la facturación de equipaje lo menos posible. Este hangover de Acción de Gracias es un duro recordatorio de los desafíos logísticos que esperan a la industria para la inminente y aún más concurrida temporada alta de Navidad.




