Lo que se conoce hasta el momento del impacto de un avión de Iberia con un ave
Un avión Airbus A321XLR de Iberia (matrícula EC‑OOJ), con apenas semanas en servicio, tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto Madrid‑Barajas tras colisionar con un ave de gran tamaño, “muy probablemente un buitre”, durante el despegue rumbo a París-Orly.
¿Qué ocurrió?
El vuelo IB579 despegó alrededor de las 18:40h desde Madrid, y segundos después de alcanzar unos 6.500 pies de altitud, impactó contra un ave. El impacto dañó el radome del morro (donde se aloja el radar meteorológico) y entró por el motor izquierdo, afectando las palas del ventilador.
En cabina se percibieron humo y se desplegaron las mascarillas de oxígeno. La tripulación declaró emergencia y gestionó el regreso que culminó en un aterrizaje seguro en pista 32L, unos 25 a 30 minutos tras el despegue.
A pesar del susto, no hubo heridos entre el centenar de pasajeros y tripulantes a bordo.
¿Fue realmente un buitre?
Los reportes coinciden en que el ave era "grande" y posiblemente un buitre, aunque aún no se cuenta con una confirmación de laboratorio. Restos (snarge) extraídos del motor o zona afectada podrían ser analizados por personal ornitológico forense para identificar con precisión la especie. La identificación “probable” se basa en imágenes difundidas y la descripción de testigos.
Investigación y consecuencias
Iberia confirmó que la aeronave fue retirada del servicio para una inspección técnica exhaustiva del radome, radar y motor dañado. Se espera que requiera reemplazo o reparación importante.
Se emitió ya un informe obligatorio a la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) y a autoridades como la FAA, según protocolos europeos para incidentes con daños estructurales.
Iberia reubicó a los pasajeros en un vuelo A320neo hacia París ese mismo día, con un retraso total de aproximadamente cuatro horas.
Los choques contra aves (bird strikes) son poco frecuentes pero pueden causar daños críticos. Vultures y gansos se consideran de las aves más peligrosas para aeronaves, debido a su tamaño y peso. España alberga una población importante de buitres, lo que aumenta la probabilidad aunque permanezca low respecto al total de vuelos.
Este caso subraya que incluso aviones de última generación como el A321XLR —con mejoras de largo alcance y eficiencia— no están exentos de este tipo de riesgos. La aeronave implicada tenía apenas dos semanas o un mes en operación, lo que resalta lo inesperado del incidente.
Iberia informó que la tripulación actuó con rapidez y profesionalidad, lo cual evitó cualquier desenlace trágico. La compañía y las autoridades continuarán los análisis técnicos para descartar efectos ocultos en fuselaje, sistemas o diagnósticos posteriores. Este incidente pone de relieve la necesidad de reforzar medidas de control de fauna en aeropuertos, como el uso de radares aviares o patrullas especializadas.




