¿Será Alitalia Newco el áncora de salvación para la aviación italiana?
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By Massimo Terracina
Mientras la IATA solicita a los gobiernos del mundo que inyecten 70.000 millones de euros en ayuda financiera para el sistema de aerolíneas, Italia sigue luchando con el "tema Alitalia".
Pero, a pesar de la desconfianza por un "remake de la misma vieja historia", parece que, después de meses de "espera y esperanza", entre la lucha por conseguir una posición política en el consejo de administración y la situación de las cuentas empeorando día tras día, algo aparece.
Ayer en la noche, por fin, el ministro de Economía Roberto Gualtieri, el ministro de Desarrollo Económico Stefano Patuanelli, Paola De Micheli, ministra de Infraestructuras y Transportes, y la ministra de Trabajo, Nunzia Catalfo, firmaron el decreto que inicia formalmente la creación de la nueva compañía de transporte aéreo que se hará cargo de los activos de Alitalia.
El consejo de administración tendrá a Francesco Caio como presidente y a Fabio Maria Lazzerini como CEO, dos cargos ya previstos desde hace tiempo. Los otros miembros del órgano serán Alessandra Fratini, Angelo Piazza, Lelio Fornabaio, Frances Vyvyen Ouseley, Simonetta Giordani, Silvio Martuccelli y Cristina Girelli, mientras que Paolo Maria Ciabattoni, Giovanni Naccarato, Marina Scandurra, Gianfranco Buschini y Serena Gatteschi formarán la junta de auditores.
"Alitalia Newco significa un primer paso hacia la creación de una compañía aérea nacional de calidad, capaz de competir en el mercado internacional”, dijo el ministro Gualtieri. “Sentamos hoy las bases para el relanzamiento del transporte aéreo italiano, a través de la elección de directivos de alto nivel y de una gran experiencia que permitirá desarrollar y poner en práctica, de una vez por todas, un plan industrial sólido y sostenible".
En perspectiva, la nueva empresa deberá contar con una suma de hasta 3.000 millones de euros en dotaciones de capital garantizadas por el Estado. Pero no es tan evidente porque el primer paso es convencer a Bruselas de que dé el visto bueno al rescate, y según la resistencia experimentada anteriormente, no será para nada tan evidente.