Pasajera muere tras ser olvidada por un crucero durante una excursión en isla australiana
Una tragedia sacudió al sector de cruceros en Australia luego de que una mujer de 80 años fuera encontrada muerta en Lizard Island, en pleno Great Barrier Reef, después de que el barco en el que viajaba la dejara atrás durante una excursión organizada. La víctima, identificada como Suzanne Rees, era residente de Sídney y viajaba a bordo del crucero Coral Adventurer, operado por la compañía Coral Expeditions.
Según reportó el diario The Australian, la turista participaba en una caminata hacia un mirador de la isla cuando decidió regresar antes del resto del grupo tras sentirse indispuesta debido al fuerte calor. Sin embargo, la mujer descendió sin acompañamiento del personal, y horas después el barco abandonó la isla sin percatarse de su ausencia.
La alarma se activó recién cinco horas más tarde, cuando Rees no se presentó a la hora de la cena. Fue entonces cuando la tripulación constató que la pasajera no estaba a bordo, pese a que, según la familia, nunca se realizó un conteo de pasajeros antes de zarpar.
Al día siguiente, un helicóptero de búsqueda localizó el cuerpo de la mujer a unos 50 metros del sendero principal. Las autoridades informaron que aparentemente había caído desde un acantilado y calificaron el hecho como una muerte “no sospechosa”. No obstante, la familia responsabiliza a la empresa por una evidente falta de protocolos de seguridad y supervisión.
“Estamos conmocionados y profundamente tristes porque el Coral Adventurer abandonó la isla sin mi madre”, declaró su hija, Katherine Rees. “Por lo poco que nos han dicho, parece que hubo una falta de cuidado y sentido común. Sabemos por la policía que hacía mucho calor y mamá se sintió mal durante la caminata. Le dijeron que regresara sola, y luego el barco se fue sin hacer un recuento de pasajeros”.
El director ejecutivo de la naviera, Mark Fifield, expresó sus condolencias y aseguró que están colaborando con las autoridades. “Hemos expresado nuestras más sinceras condolencias a la familia Rees y seguimos brindando nuestro apoyo en este difícil momento”, afirmó. La investigación quedó en manos de la Australian Maritime Safety Authority, que determinará si hubo negligencia por parte de la tripulación del crucero.
El caso ha reavivado el debate sobre los protocolos de seguridad en las excursiones de cruceros, especialmente en rutas remotas donde la supervisión es clave para prevenir tragedias. La familia de la víctima exige respuestas y cambios para evitar que una situación así vuelva a repetirse.




