El desplome abrupto de Silver Airways: causas de una quiebra colectivamente anunciada
El pasado miércoles 11 de junio de 2025, la aerolínea regional Silver Airways anunció de forma abrupta la suspensión inmediata de todos sus vuelos, dejando a cientos de pasajeros varados en aeropuertos de Florida, el Caribe y otras rutas del sureste de Estados Unidos. A través de sus redes sociales, la compañía advirtió: “Por favor, no vayan al aeropuerto”, y activó un proceso de reembolsos, marcando así el fin de una operativa marcada por años de dificultades.
Aunque el cierre fue repentino, los problemas de Silver Airways se acumulaban desde hacía tiempo. La aerolínea se acogió al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de EE.UU. en diciembre de 2024, revelando una deuda acumulada de más de 500 millones de dólares.
Las causas principales incluían los efectos prolongados de la pandemia, el aumento de los costos operativos, el precio del combustible, la escasez de repuestos y la creciente competencia de aerolíneas de bajo costo y otros medios de transporte como el tren Brightline.
Flota reducida y operaciones inestables
La compañía contaba originalmente con una flota de aviones ATR 42 y ATR 72, ideales para vuelos regionales. Sin embargo, con el paso del tiempo, varios arrendadores comenzaron a retirar las aeronaves por falta de pagos, reduciendo la flota a apenas ocho aviones operativos al momento del cierre. También se reportó una caída significativa en el número de empleados, que pasó de más de 600 a solo 348 trabajadores.
A esto se sumaron problemas técnicos que derivaron en frecuentes cancelaciones y hasta aterrizajes de emergencia, como ocurrió durante el fin de semana del Día de los Caídos. Las demoras en el mantenimiento por falta de piezas y de liquidez se hicieron cada vez más frecuentes.
Como parte del proceso de reestructuración, Silver Airways intentó vender sus activos en una subasta supervisada por la corte, con la esperanza de atraer inversionistas que permitieran continuar con las operaciones. Sin embargo, no se recibió ninguna oferta válida que superara el préstamo de emergencia otorgado por Wexford Capital, de aproximadamente 5,7 millones de dólares. Finalmente, los activos fueron vendidos a una empresa inversora que optó por no reactivar las operaciones, decretando el cierre definitivo de la aerolínea.
Un informe presentado por el síndico del proceso de bancarrota en abril de 2025 ya advertía que las proyecciones de ingresos eran poco realistas y que las pérdidas acumuladas desde febrero superaban los 32 millones de dólares. Además, señalaba que no se habían logrado acuerdos de arrendamiento ni de nueva financiación. En consecuencia, ya se consideraba la posibilidad de convertir el proceso en un Capítulo 7, es decir, una liquidación total.
El cierre afectó rutas clave entre Florida, Las Bahamas, Puerto Rico y otras islas del Caribe, dejando a numerosos pasajeros sin opciones inmediatas de reubicación. Silver Airways recomendó a sus clientes tramitar los reembolsos directamente con agencias de viajes o emisores de tarjetas de crédito. El colapso también representa un golpe al tráfico aéreo regional, particularmente en mercados secundarios donde Silver era uno de los pocos operadores.




