Perú fortalece su liderazgo en turismo MICE hacia 2026
por Gabriela Sánchez
Si se habla de turismo de reuniones en América Latina, Perú encabeza la cima. No solo es uno de los destinos más atractivos y competitivos de la región, sino que ha afianzado su camino hacia la consolidación del sector MICE a nivel mundial. Con campañas internacionales, una oferta descentralizada en expansión y un creciente protagonismo de la gastronomía como sello diferenciador, PROMPERÚ refuerza su estrategia para convertir cada encuentro en una experiencia de valor. A propósito de su participación en IBTM Barcelona 2025, conversamos con Elva Yáñez, Ejecutiva de Turismo de Reuniones de PROMPERÚ.
Perú ha experimentado un crecimiento importante en el segmento MICE, ¿qué factores han motivado este crecimiento y el posicionamiento del país como líder en turismo de reuniones?
El impulso del Perú en el segmento MICE es resultado de una estrategia muy clara: mostrar al mundo que en nuestro país las reuniones se convierten en experiencias con sentido.
Nuestra campaña internacional “Meaningful Meetings in Peru”, activa en ocho mercados clave, ha reforzado esta propuesta y ha logrado conectar emocionalmente con decision-makers de España, Estados Unidos, Canadá y Latinoamérica.
A ello se suma un despliegue comercial mucho más dinámico: ruedas de negocios especializadas, viajes de familiarización diseñados a la medida y una presencia más estratégica en las principales ferias globales. Estas acciones nos han permitido acercar a los compradores a una oferta peruana más robusta, auténtica y competitiva. Hoy, Perú destaca justamente por eso: por ofrecer reuniones que combinan profesionalismo, cultura y experiencias memorables.
¿Cuánto se han beneficiado ciudades como Cusco, Arequipa, Trujillo, Ayacucho y Puno con la descentralización de su oferta MICE?
La descentralización ha permitido que varios destinos del país den un salto cualitativo. Cusco, Arequipa, Trujillo, Ayacucho y Puno vienen reforzando sus capacidades, modernizando su infraestructura y elevando la calidad de sus servicios especializados. Esto no solo ha dinamizado el empleo local, sino que ha generado nuevas inversiones y ha impulsado una mayor preparación para recibir eventos de nivel internacional.
Los recientes eventos de alto impacto —como el Congreso Mundial SKAL en Cusco y el Congreso Internacional de la Lengua Española en Arequipa— han demostrado la capacidad real de estos destinos para albergar reuniones de gran envergadura, generando resultados sobresalientes y una cobertura internacional relevante. Este desempeño ha inspirado a más regiones a preparar sus propias propuestas MICE, ampliando la oferta competitiva del país.
¿Qué experiencias o activaciones presentaron en IBTM para atraer a organizadores internacionales?
En IBTM World quisimos que cada visitante “viviera” un poco del Perú. Presentamos una propuesta multisensorial donde la gastronomía fue la gran protagonista: café peruano de especialidad, degustaciones de platos emblemáticos y demostraciones en vivo que captaron la atención desde el primer momento.
Si bien la feria se realiza en España, reúne a meeting planners de toda Europa y de diferentes partes del mundo, por lo que la gastronomía fue la herramienta perfecta para conectar de manera inmediata. Al final, comer bien es un lenguaje universal, y nuestra cocina permitió crear un punto de encuentro natural que abría la puerta a conversaciones más profundas sobre lo que nos diferencia como destino MICE.
Más que activaciones, fueron experiencias pensadas para transmitir nuestra identidad: Perú no solo es un gran lugar para trabajar; es un lugar para sentir, compartir y descubrir.
¿Cómo beneficia el potencial gastronómico a la estrategia MICE de Perú? ¿Cómo se integran estas experiencias en la planificación de congresos, incentivos y convenciones en el país?
La gastronomía peruana es un verdadero imán para el segmento MICE. Para un meeting planner, elegir un destino donde la experiencia culinaria es tan potente añade un valor inmediato a cualquier evento.
En Perú, la gastronomía no es un complemento: es un elemento estratégico. En incentivos, activaciones como clases de coctelería, showcookings y experiencias con superfoods permiten enriquecer las agendas, mientras se narran nuestras tradiciones, fusiones culinarias y la historia que sostiene cada preparación. Esto genera una conexión emocional inmediata entre el delegado y el destino.
En congresos y convenciones, los coffee breaks temáticos y propuestas de catering de autor elevan la experiencia del participante y refuerzan la identidad del evento.
Para viajes de incentivo, la gastronomía es un eje central que permite construir itinerarios memorables en destinos como Lima, Cusco y Arequipa.
En síntesis, la gastronomía no solo complementa la oferta MICE: la potencia, la diferencia y aporta un valor emocional que permanece más allá del evento.
¿Cuánto aporta al PIB turístico peruano el sector MICE?
Durante 2024, el turismo MICE generó alrededor de US$33 millones en gasto turístico, una cifra que confirma su relevancia y su enorme potencial de crecimiento. Cada evento, sea una feria, congreso o viaje corporativo, impulsa a hoteles, restaurantes, operadores y proveedores especializados, generando un efecto multiplicador que beneficia a toda la cadena turística.
Además, el 8% de los turistas receptivos que ingresan al Perú lo hacen para participar en reuniones o eventos, un indicador que reafirma la importancia de seguir fortaleciendo este segmento.
¿Cuál es la proyección de cara a 2026?
Para 2026 queremos ir un paso más allá. Buscamos acciones más inmersivas, más cercanas y más diferenciadas, que permitan a los organizadores experimentar el destino desde dentro. Nuestro foco está en reforzar la presencia en mercados estratégicos y en diseñar experiencias que muestren con claridad el valor del Perú como sede MICE.
También seguiremos impulsando la profesionalización del sector, elevando estándares en todo el país y fortaleciendo la alianza público-privada para acompañar candidaturas y ejecución de eventos de mayor complejidad. El objetivo es claro: que el Perú sea reconocido globalmente como un destino confiable, competitivo y capaz de convertir cada reunión en una experiencia de alto impacto.




