Redes y rutas: La apuesta de Jordi Tresserras por el turismo cultural

10 de Julio de 2025 3:19pm
Redacción Caribbean News Digital
Jordi Tresserras

 

por Gabriela Sánchez

Desde proyectos emblemáticos como la valorización del Camino de Santiago, hasta redes iberoamericanas de rutas culturales y de formación universitaria, Jordi Tresserras deviene hoy uno de los principales promotores del uso de la cultura como herramienta de desarrollo territorial y diálogo internacional. Ha sido esta labor de más de 40 años la que lo hecho merecer recientemente al investigador, docente y gestor el Premio Nacional Isabel de Farnesio de Diplomacia Cultural, respaldado por el Ayuntamiento de Mota del Cuervo y el Congreso de los Diputados de España.

A propósito del galardón, conversamos con él sobre los retos actuales del turismo cultural, las buenas prácticas de cooperación en Iberoamérica y el papel de la gastrodiplomacia en la proyección global de los territorios.

Recientemente ha recibido el Premio Nacional Isabel de Farnesio de Diplomacia Cultural. ¿Qué significa para usted este reconocimiento?

Más que una distinción personal, lo considero un reconocimiento colectivo a un trabajo de décadas que ha unido cultura y turismo como herramientas de desarrollo. En mi caso, este galardón honra cuarenta años de trayectoria en diplomacia cultural y rutas patrimoniales, con proyectos tan consolidados como el Camino de Santiago o las rutas culturales iberoamericanas. Es un impulso para seguir avanzando con el mismo compromiso.

Desde IBERTUR ha trabajado intensamente en el turismo cultural sostenible. ¿Cuáles considera que son hoy los principales retos?

La red IBERTUR, que dirijo desde su creación en 2001 en Cartagena de Indias, agrupa a profesionales de Iberoamérica en torno al turismo cultural y el patrimonio. Uno de nuestros grandes logros fue la redacción de la Carta Mundial del Turismo Sostenible de 2015, que sustituyó a la de Lanzarote de 1995. Esta nueva carta reconoce el turismo cultural y creativo como motor de desarrollo, incorporando una visión transversal basada en las convenciones culturales de la UNESCO. 

Hoy los retos siguen siendo los mismos. Son necesarias políticas, estrategias y planes donde sumen las administraciones públicas de los diferentes niveles estatal, regional y local, el sector privado organizado a través de cámaras, gremios y la academia, tanto los centros de formación como los de investigación. Uno de los temas claves para lograr un equilibrio entre conservación y actividad turística es establecer instrumentos como definir capacidades de carga de visitantes, programas específicos para la comunidad local o espacios comunes entre comunidad y turistas, un sistema de financiación de conservación a partir de los ingresos generados por el turismo, ejemplo la. vía tasa turística, etc. medidas que generen sinergias dentro de la sostenibilidad.

¿Qué ejemplos destacaría en Iberoamérica que podrían servir de modelo a otras regiones?

Iberoamérica está repleta de buenas prácticas. El trabajo en red es fundamental y me gustaría destacar tres iniciativas con las que colaboro. La primera es Asociación de Municipios del Camino de Santiago, por ejemplo, ha logrado articular a más de 100 municipios en torno a una visión compartida, donde el turismo cultural se combina con la cooperación institucional y la implicación del sector privado. En Cuba, la Red de Oficinas del Historiador ha creado un sólido modelo de gestión patrimonial urbana con fuerte componente social. Y en Sudamérica, el Camino de los Jesuitas es una iniciativa que conecta seis países y múltiples patrimonios, con el apoyo de organismos multilaterales como el BID y FONPLATA. Todas son experiencias que demuestran que el trabajo en red da resultados sostenibles.

¿Cómo puede la gastronomía convertirse en una herramienta de diplomacia cultural y desarrollo territorial sostenible?

La gastrodiplomacia es una estrategia de diplomacia cultural que utiliza la gastronomía como medio para promover la cultura, mejorar las relaciones internacionales y fortalecer la imagen de un país en el extranjero. La UNESCO ya ha reconocido cocinas como la mexicana, la francesa o la dieta mediterránea como Patrimonio Inmaterial. 

Por otra parte existen  redes como Délice de Capitales Gastronómicas creada por el ayuntamiento de Lyon en 2007 o las Ciudades Creativas de la UNESCO que están utilizando la gastronomía para reforzar la identidad de los territorios y proyectarlos internacionalmente. 

Un buen ejemplo es Castelldefels, donde la colaboración entre instituciones, gremios, escuelas de hostelería y universidades ha convertido la cocina en un eje de desarrollo territorial sostenible. La presencia de más de cien nacionalidades entre su ciudadanía, más de 500 restaurantes donde hay varios internacionales, residencias del cuerpo consular y su proyección como destino internacional desde hace más de cien años han hecho de la gastrodiplomacia una de las líneas de acción. 

También Ecuador ha usado el cacao como símbolo identitario y elemento de diplomacia cultural a través de réplicas arqueológicas y rutas temáticas. Mediante el cuerpo diplomático se entregaron en actos oficiales a los museos de chocolate más importantes del mundo para que lo incorporaran en sus museografías. Las Rutas del Cacao y el Chocolate es una de las iniciativas que impulsa la Organización de Estados Iberoamericanos.

¿Cuál es la importancia de las universidades en la profesionalización del turismo cultural?

Desde la formación profesional hasta los programas de investigación, las universidades son clave para consolidar un turismo cultural con mirada crítica, sostenible y bien gestionada. Existen redes académicas muy activas, como la Cátedra UNESCO de Alimentación, Cultura y Desarrollo de la UOC en Barcelona,  la Cátedra de Turismo Cultural en Buenos Aires o la  la Universidad Autónoma de Zacatecas, con su programa de Maestría y Doctorado en Historia,  cuyo eje de formación otorga un fuerte énfasis a la línea de Patrimonio Histórico y Cultural, la gastronomía, las rutas e itinerarios culturales y el turismo cultural con una mirada iberoamericana.

También son claves la Red Universitaria de Itinerarios Culturales del Consejo de Europa y la Red Europea de Turismo Cultural (ECTN), con sede en Bruselas, que promueven el intercambio de experiencias, la innovación y el alineamiento con políticas culturales y turísticas europeas. La formación genera conciencia, profesionaliza el sector y asegura su futuro.

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