España Turismo 2030: El nuevo modelo que redefine el futuro del sector
El Gobierno de España ha aprobado la Estrategia Turismo 2030, un ambicioso plan que busca consolidar el liderazgo del país como potencia turística mundial bajo criterios de sostenibilidad, innovación e inclusión social.
El documento, elaborado por la Secretaría de Estado de Turismo tras un proceso participativo con comunidades autónomas, empresarios y agentes sociales, representa un punto de inflexión: gobernar el éxito del turismo español no sólo por cifras, sino por su capacidad de generar bienestar y preservar el entorno.
La estrategia parte de una realidad incuestionable: el turismo aporta el 12,3% del PIB nacional y genera 13 de cada 100 empleos. En 2024, España recibió 94 millones de visitantes internacionales que dejaron 126.000 millones de euros en gasto turístico, consolidando su posición como segundo destino mundial. Sin embargo, el reto no es mantener el crecimiento, sino hacerlo sostenible y equilibrado.
De los años cincuenta al turismo sostenible: una mirada al pasado
La Estrategia España Turismo 2030 se inscribe en una larga trayectoria que comenzó en los años cincuenta, cuando el turismo se convirtió en motor económico y social. A lo largo de siete décadas, el sector evolucionó desde el modelo de sol y playa hasta configurarse como un sistema complejo, interconectado con la cultura, el empleo y la tecnología.
La creación del Consejo Español de Turismo (CONESTUR) y la posterior Declaración de Madrid en 2024 marcaron un antes y un después: por primera vez, el turismo se definió como una actividad que debía priorizar el bienestar de los residentes, el equilibrio territorial y la sostenibilidad ambiental.
Este proceso se alineó con los compromisos internacionales de España, como la Agenda 2030 de la ONU, el Pacto Verde Europeo, la Declaración de Glasgow sobre Acción Climática en el Turismo y la Declaración de Palma sobre sostenibilidad social en la Unión Europea.
De este contexto surge una estrategia integral con 50 medidas concretas y una meta clara: lograr un modelo de turismo responsable, resiliente y centrado en las personas.
Repercusiones económicas: sostenibilidad y competitividad
El impacto económico del turismo en España es evidente. Según la Cuenta Satélite del Turismo (INE), en 2023 la actividad generó 184.000 millones de euros, y su efecto multiplicador produjo 1,14 euros adicionales por cada euro directo. Sin embargo, la Estrategia 2030 introduce un giro decisivo: ya no se busca solo aumentar el volumen, sino garantizar la sostenibilidad económica del modelo.
Esto implica impulsar la digitalización, el talento y la formación de los trabajadores; fomentar la desconcentración territorial y la diversificación de productos turísticos (cultural, gastronómico, rural); y modernizar un tejido empresarial dominado por microempresas y pymes —más del 90% del sector— que aún enfrentan dificultades para innovar o acceder a financiación.
El plan también prevé incentivos para la transición verde y digital mediante los programas Turismo 2030 – Destinos, Empresas, Talento y Residentes, que se apoyan en fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR). Si se ejecutan con éxito, estas políticas podrían mitigar los efectos de la estacionalidad y generar un crecimiento más inclusivo y distribuido por todo el territorio.
Dimensión social: el residente en el centro del modelo
Uno de los pilares más innovadores del plan es su énfasis en la sostenibilidad social. El diagnóstico del documento revela que el 65% de los residentes en destinos turísticos valora positivamente el impacto del turismo, pero esta cifra desciende en las zonas de alta presión. El objetivo del Gobierno es invertir esa tendencia, garantizando que los beneficios económicos se traduzcan en mayor bienestar local.
La estrategia propone una gobernanza colaborativa que incluya a comunidades autónomas, ayuntamientos y vecinos en la planificación de los destinos. Además, se prioriza la lucha contra la gentrificación y la promoción de un turismo accesible e inclusivo, capaz de integrar a mujeres, jóvenes y mayores en la cadena de valor.
La Declaración de Palma (2023) ya advertía sobre la necesidad de reforzar el equilibrio entre visitantes y residentes. España Turismo 2030 convierte esa advertencia en política pública: el turismo debe ser un motor de cohesión y no una fuente de tensiones urbanas.
Dimensión ambiental: hacia un turismo carbono neutral
En el plano medioambiental, el documento fija un horizonte alineado con los objetivos del Pacto Verde Europeo: alcanzar la neutralidad climática en 2050 y reducir las emisiones del turismo en un 55% antes de 2030.
Actualmente, España presenta una intensidad de emisiones de 37,22 toneladas de CO₂ por millón de euros de valor añadido, inferior a la media europea (51,39). No obstante, el desafío está en consolidar ese liderazgo mediante la gestión eficiente de recursos, la movilidad limpia, la protección del patrimonio natural y el uso responsable del agua y la energía en alojamientos y destinos.
Programas como la Iniciativa Mundial sobre Turismo y Plásticos o la Declaración de Glasgow serán herramientas clave para avanzar en esa dirección, con la meta de transformar la sostenibilidad en una ventaja competitiva del destino España.
Proyección internacional y gobernanza global
La Estrategia 2030 también tiene una dimensión diplomática. El turismo es considerado por el Gobierno como un vector estratégico de la acción exterior, que refuerza la imagen de España como país moderno, sostenible y culturalmente diverso. El plan promueve alianzas con América Latina, el Caribe y la Unión Europea para posicionar a España como líder global en turismo sostenible.
De hecho, la Secretaría de Estado de Turismo ha desempeñado un papel clave en la co-presidencia del comité de estadísticas de ONU Turismo, que elaboró el Marco de Medición de la Sostenibilidad del Turismo (MST), adoptado por los 193 Estados miembros en 2024. Este liderazgo técnico refuerza la credibilidad del modelo español ante los organismos internacionales.