Canadá: Aumenta en el mundo la demanda de turismo sexual
Fuente: Toronto Globe and Mail/Traducción El Universal
Últimamente el sexo también forma parte de las vacaciones, e incontables parejas parecen estar felices de hacer el amor en diferentes escenarios y disfrutar de recrear una escena en la playa como la de la película "De aquí a la eternidad".
En varios sitios en línea se están promocionando lugares internacionales donde se puede tener sexo. ¿Por qué hay tanta gente cambiando sus guías sobre sitios de interés por la "guía completa para saber dónde desnudarse"?
"Muchas personas correctas y bien portadas en sus lugares de origen hacen cosas fuera de lo común cuando están lejos", señaló Aurora Benzion, copropietaria del club nocturno Wicked con sede en Toronto y que ofrece servicios a "swingers". "La gente está menos inhibida".
Tener sexo en locaciones nuevas puede ser tan excitante como enrolarse con una pareja nueva, dijo, y puede añadir una descarga de emoción a una relación íntima. "Es el anonimato. Tú le pones una máscara a las personas y éstas se transforman", indicó. "Sale a la luz su verdadera personalidad".
Una encuesta realizada en 2006 por el fabricante de condones Durex encontró que la gente que está de vacaciones tiene mayores probabilidades de tener sexo en un cuarto de hotel pero también en la piscina, en la playa o en el balcón del hotel.
En la guía "Sex and Tourism: Journeys of Romance, Love and Lust'' (Sexo y turismo: viajes de romance, amor y lujuria), Thomas G. Bauer y Bob McKercher describen la relación que existe entre el turismo y la intimidad. Aunque las palabras "turismo sexual" se han vuelto sinónimo de prostitución, los autores afirman que "la gran mayoría de las personas que buscan actividades sexuales mientras viajan lo hacen con sus parejas.
A veces la posibilidad de tener encuentros sexuales al llegar a su destino o en el trayecto juega un papel central en la decisión de viajar", afirma el libro.
Tras entrevistar a propietarios de hoteles, guías turísticas y otros expertos de la industria, el libro concluye que el turismo es uno de los principales facilitadores de la intimidad entre los seres humanos.
"Existen numerosos destinos turísticos que han aprovechado comercialmente el romance, el amor y el sexo", enuncia el libro.
Sin embargo, no todos los países están felices con sus "conexiones coitales". En la isla griega de Zakynthos, el sexo en lugares públicos entre turistas se ha vuelto tan común que en 2005 un miembro del parlamento local pidió la extradición inmediata de cualquier pareja que fuera atrapada en el acto.
En Gran Bretaña, el fenómeno del "dogging'' (eufemismo para referirse al sexo en público) se ha estado incrementando, y la gente está teniendo sexo o está observando a otras personas teniendo sexo en parques públicos.
"Es un problema que al parecer está empeorando cada vez más", dijo un vocero de la policía al diario Telegraph. "Al parecer la gente obtiene un placer perverso con este tipo de comportamiento".