Costa Cruceros niega que caja negra del Costa Concordia funcionara mal

Un reporte de la prensa italiana divulgado esta semana, que hace alusión a revelaciones de expertos que investigan el accidente del Costa Concordia, refirió que días antes del naufragio frente a la costa de la isla de Giglio el barco había sufrido una avería y su caja negra no funcionaba adecuadamente, algo que la empresa dueña del buque negó en nota oficial.

Citando a peritos designados para investigar el naufragio, que costó la vida a 32 personas,  el diario Il Corriere della Sera señaló que los sistemas de control del barco no funcionaban, las puertas con cierre hermético estaban abiertas y durante la navegación se usaron mapas no aprobados. La caja negra, según las mismas fuentes, dejó de grabar datos desde las 23:36 horas del 13 de enero.

Mensajes entre el responsable técnico de Costa, Pierfrancesco Ferro, y la empresa de mantenimiento, recogidos también por el diario, parecen indicar que se planeaba reparar la avería el 14 de enero, a la llegada del buque a Savona.

Sin embargo, en un comunicado de prensa difundido ayer, la compañía Costa Cruceros, propietaria del buque accidentado, ha asegurado que la caja negra, conocida técnicamente como VDR (Voyage Data Recorder), "únicamente había registrado un código de error, lo que no implica que el aparato estuviera inutilizado, tal y como demuestra el hecho de que los datos que contenía estaban totalmente en línea con las expectativas de los ingenieros”.

La empresa añade además  en su nota que "no existe ninguna regulación o convención internacional que prohíba a un barco navegar en una situación similar", como sostiene el periódico italiano.

Con respecto a los otros puntos negativos que se señala han salido a la luz en la indagación sobre el  incidente, Costa Cruceros afirma que los datos del propio  VDR “no apoyan la afirmación de que las puertas estancas estuvieran abiertas debido a problemas con el sistema de control de potencia eléctrica" y ratifica que el barco "estaba equipado con todas las cartas náuticas necesarias, en papel y electrónicas, para completar el viaje planeado".

En ese último acápite, la naviera apela a la responsabilidad del capitán del crucero, Francesco Schettino, indicando que, como todos los capitanes,  "debía verificar que el buque estuviera provisto de las cartas náuticas necesarias".

Recuerda la compañía que igualmente Schettino tenía que haber previsto que "el barco nunca debió navegar tan cerca de la costa" de la isla del Giglio, que fue justamente lo que provocó el accidente.