Crece en México compromiso con programa de Hotelería Sustentable
Unos 160 hoteles dentro y fuera de la Riviera Maya, en el Caribe mexicano, están inscritos en el programa Hotelería Sustentable, que promueve la reducción del impacto de los desechos de esa industria en el ambiente.
Según indicó al respecto Carlos Francisco Ponce de León, responsable del proyecto, su éxito ha permitido que se extienda a destinos como la Ciudad de México y Vallarta, pero también República Dominicana y Cuba.
El biólogo explicó a medios locales que la iniciativa consta de dos “módulos”, el primero de los cuales se concentra en el sistema de administración ambiental y se encarga de todo lo relacionado con el manejo de la energía y los residuos, concientización, política, compras verdes, sustentabilidad y capacitación.
Entretanto, el segundo consiste en una estrategia de cambio climático y herramienta de responsabilidad social, que se basa en el cumplimiento de 160 estándares medioambientales.
El experto subrayó que el papel del programa es evaluar y cuantificar la cantidad de gases de efecto invernadero que se producen durante la operación anual de cada hotel, al cual se le hace llegar “su huella ambiental”, y ello conlleva la realización de un plan que permita reducir el impacto nocivo en el ecosistema donde está instalado el alojamiento.
Como método de compensación se habilitó la “compra de bonos de carbono”, cada uno de ellos equivalente a un árbol, en ejidos o zonas rurales que “se certifican a través de bases científicas”, las cuales “determinan cuánto bióxido de carbono puede absorber la vegetación”.
De acuerdo con el científico, cada árbol estará en pie durante 25 años y puede absorber hasta una tonelada de bióxido de carbono en ese tiempo.
El programa ecológico promueve la compra por los hoteles de tantos bonos como sean necesarios para compensar su impacto en el ecosistema, y existen comunidades mexicanas certificadas en Sierra Gorda, Querétaro, Chiapas y Oaxaca, si bien otras áreas se encuentran en proceso de evaluación.
Además, el proyecto promueve acuerdos con comunidades en el extranjero, en regiones como el Amazonas, Fiji, Tailandia y Sri Lanka, y el dinero derivado de la compra de bonos de carbono va a los pueblos indígenas con quienes se firmó el convenio, indicó.
“El dinero que se obtiene del hotel va a la comunidad ejidal o zona rural en la que se eligió hacer la compra de los bonos de carbono, para que dicha comunidad siga conservándose”, aseguró el científico.