Cristóbal Cobo, director del Proyecto Quitsato, Ecuador
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Solo desde la línea equinoccial pueden apreciarse todas las estrellas del firmamento, incluidas la Osa Menor y la Cruz del Sur. Para el Proyecto Quitsato –palabra que significa Mitad del Mundo en lengua tsafiqui, de la etnia ecuatoriana de los tsáchilas– esta línea no divide el mundo, sino lo une. Los impulsores de las investigaciones asociadas a esta iniciativa también consideran que la posición del sitio arqueológico que se encuentra en la cima del monte Catequilla, ubicado en el paralelo 0o0’0’’, no fue una casualidad sino fruto de un profundo conocimiento astronómico prehispánico. Desde el Reloj Solar o Monumento a la Mitad del Mundo, nuestro entrevistado nos adentra en las innovadoras concepciones de este proyecto.
¿Quitsato es una fundación?
-No. Somos una organización independiente ya que la constitución de Ecuador estipula que las fundaciones ecuatorianas requieren un aporte institucional exógeno comprobado. Nuestra propuesta fue crear un proyecto independiente y autogestionado. Un modelo de sostenibilidad.
¿El terreno es propio?
-Sí.
¿Entonces podríamos decir que son los propietarios del centro del mundo?
-De la mitad, porque el centro del mundo es el núcleo. Corrijo eso porque el concepto tenemos que tenerlo muy claro. Para nosotros es la mitad del mundo, y no somos dueños del concepto, somos gestores culturales en este monumento que es un Reloj Solar.
La línea equinoccial recorre alrededor de 40 070 km, de modo que este Reloj Solar o Monumento a la Mitad del Mundo es un humilde referente que ayuda a las personas a tener una consciencia más clara del concepto de la línea equinoccial.
Ustedes afirman que la Tierra gira en una posición diferente de la que nos enseñan en el colegio, donde nos dicen que los continentes giran horizontalmente. ¿Por qué no nos enseñan que giran de forma vertical?
-Primeramente porque es una costumbre histórica que viene del primer mapa que se hizo en Alejandría por parte de Tolomeo cuando escogió la Estrella Polar como eje del mapa porque es una estrella supuestamente fija en el polo norte celeste, pero no lo es. Cambia cada 25 875 años. El punto más fijo para nuestros ojos es el Este, que nunca cambia, por lo que es un referente preciso. Ese es uno de los axiomas que nos ayuda a sostener el marco teórico de esta propuesta que tiene un carácter científico. El otro es que solamente dirigiéndonos hacia el Este, podemos tener una visibilidad del cosmos íntegramente. Por el contrario, si dirigimos nuestra visión hacia el Norte, perdemos la perspectiva del Sur. Es la Tierra la que nos indica su funcionamiento, no es el capricho del hombre. Nosotros tenemos que atender, escuchar y aprender de la naturaleza.
Pero en las imágenes tomadas por satélite y desde las naves espaciales no vemos la Tierra como ustedes dicen…
-Desde el espacio no existen direcciones. Desde el Sol la Tierra está a 23,5 grados, pero desde la Tierra existe una sola perspectiva y es la perspectiva terrestre, y si queremos elaborar algún mapa o imagen del mundo deberíamos hacerlo a partir de cómo nosotros vemos desde la Tierra. Así, el Norte siempre estará a nuestra izquierda y nuestro frente es en la dirección en que rota la Tierra, que es del Este.
O sea, que tendríamos que cambiar nuestra percepción… El Norte no queda cuando miramos al frente teniendo el Este a la derecha y el Oeste a la izquierda, sino que tendría que ser el Norte a la izquierda, el Sur a la derecha, el Este adelante y el oeste atrás.
-No tenemos que cambiar nada porque el mundo ya funciona así. Lo que tenemos que hacer es corregir nuestra visión del mundo de acuerdo con el funcionamiento de la naturaleza. Incluso la etimología de las palabras nos indica cómo debe ser, pues la palabra Norte viene de la palabra “Ner”, de raíz indoeuropea que significa izquierda. Normandía, Noruega significan “los países de la izquierda” y, orientación, que viene de la palabra Oriente, significa “por donde sale el sol”. Por lo tanto, si queremos orientarnos hay una sola posibilidad para hacerlo, y es a partir de Oriente. O sea, tanto desde el soporte científico, del marco teórico, de la etimología de las palabras y de la naturaleza, nuestra concepción es axiomática y debería ser implementada como norma.
¿Cuántas personas trabajan en este proyecto en Ecuador?
-En este momento solo somos cinco.
¿Tienen algún club de fans, alguna página en Twitter o en Facebook donde se les pueda visitar?
-Nuestra prioridad es la investigación científica y estamos concentrados en ello. En estos momentos estamos realizando un gran trabajo con sistemas información geográfica GIS y no tenemos mucho tiempo para socializar, pero a partir del próximo año, cuando tengamos esa publicación, vamos a socializar el proyecto con más fuerza. Recomendamos visitar www.quitsato.org o visítenos en Facebook: Quitsato
¿Hay alguna universidad en el mundo con la que tengan encuentros y que avale estas teorías?
-Sí. Hemos trabajado con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), hemos dado algunas conferencias en la Universidad de Santiago de Chile, en la Universidad Tecnológica de Santiago, nuestras investigaciones han sido publicadas en el Geographical Magazine –de la Royal Geographical Society–, es el primer proyecto escogido por el History Channel para representar al Ecuador y somos el lugar recomendado en la línea equinoccial por Lonely Planet, por ejemplo.
¿Cuál es la fuente de financiamiento?
-Por medio de la venta de nuestras publicaciones. El dinero entra, lo ahorramos y seguimos con las investigaciones.
¿Y cómo viven?
-Ahorramos de forma consciente en nuestro medio familiar, pues lo primero es luchar por la construcción de nuestra identidad cultural.
¿Cuál es su formación?
-Universitaria y en sistemas de información geográfica. Algunos de nuestros miembros son antropólogos, arqueólogos, historiadores, ingenieros en sistemas de información geográfica e informáticos. Trabajando en equipo logramos tener una visión integrada del cosmos.
¿Tienen alguna sinergia con organizaciones como las templarias que tienen una visión del origen cabalístico del espacio?
-No, en lo absoluto. Nuestro esquema es muy racional, muy objetivo, comprobable matemáticamente.
Las teorías de los templarios también son comprobables matemáticamente…
-Sí, pero se enmarcan en un discurso existencialista y esa no es un área que nos interese por el momento. Todas las festividades alrededor de los solsticios y equinoccios como la navidad y la pascua tienen una base astronómica. También los efectos luminosos que se observan en las iglesias de Quito. Esos son nuestros estudios, basados en la arquitectura astronómica.
¿Qué sinergias van a generar desde un proyecto técnico como este con proyectos sociales y turísticos?
-En cuanto al turismo nuestro enfoque es cultural. Nuestra propuesta se llama Sol Invictus porque para poder entender el vínculo astronómico del catolicismo y el cristianismo hay que remontarse al mundo romano y sus cultos, lo que nos ayuda a comprender por qué la arquitectura hispánica colonial tiene esa relación astronómica.
En ese proyecto el personaje de Pedro Vicente Maldonado –científico criollo ecuatoriano del siglo XVIII– sería el guía cultural que llevaría a los visitantes a recorrer las iglesias de San Agustín, La Catedral, El Sagrario, La Compañía y San Francisco para que vean cómo están alineadas con el equinoccio. En las paredes de estas iglesias vamos a proyectar en las noches los efectos lumínicos que ocurren dentro de las mismas y así entender la relación del Quito colonial con el Sol.
¿Este sería un paquete turístico que podría comprarse a través de agentes y turoperadores?
-Nosotros construimos el proyecto, pero la venta del tour recae en las operadoras.
¿Podría ser una nueva forma de subvención del proyecto?
-Exactamente. Nosotros estamos realizando el diseño de un nuevo megaproyecto de 13 millones de dólares. Ya se hizo el estudio de factibilidad arquitectónica, se está haciendo el estudio financiero y hay muchas posibilidades de que pueda realizarse aquí. Primeramente porque el nuevo aeropuerto de Quito está más cerca y además porque este es un contexto completamente limpio y trabajamos con un concepto ecológico y cultural. El concepto de la Mitad del Mundo es la base de nuestra identidad cultural y debe ser rescatado, renovado y regenerado.
Más información del proyecto en: www.quitsato.org