Dr. Luis Arguedas, Gerente General de Gray Line Tours Panamá
Gray Line, touroperador con sede en Panamá, que también trabaja toda Centroamérica, es la única marca que ofrece realmente un multidestino en esta región. Su principal directivo, el señor Arguedas, con un largo historial como ex presidente de la Cámara Hotelera de Panamá, ex presidente de la Cámara de Turismo CAMTUR, y ex presidente de la Confederación de Cámaras Centroamericanas de Turismo, no sólo demuestra un profundo conocimiento de Panamá, sino que puede aportar mucho al desarrollo de su industria del ocio.
Desde su posición de agencia receptiva, ¿cómo ve usted el crecimiento del turismo en Panamá?
-Panamá está pasando por una de las etapas de crecimiento que, por lo general, se repiten en todos los crecimientos turísticos, es decir, primero aparece una gran oferta sin demanda, y luego la demanda comienza a crecer y sobrepasa a la oferta. En el caso de la oferta, desde el punto de vista de servicios turísticos es un poco más fácil cuando se habla de cuartos de hotel. Llegar a construir una habitación hotelera puede tomar a veces hasta dos años, pero en ocasiones se produce una baja en la oferta y, en ese sentido, en estos momentos la estamos pasando.
En Panamá están ocurriendo dos cosas que están evitando que lleguen más turistas. Por primera vez, Copa nos está fallando en el sentido de que está cancelando vuelos por la falta de pilotos, no por falta de equipos. Lo segundo es que los que llegan a Panamá tienen dificultades, en algunas semanas, para conseguir cupos hoteleros, y en estos momentos se están construyendo muy pocos hoteles. Yo digo que se vislumbra un déficit de unas 2.000 habitaciones en Panamá, eso sin contar la demanda que va a existir cuando este país comience a operar como puerto de embarque de pasajeros de cruceros, donde vamos a tener entre 2.000 y 2.500 personas embarcándose que necesitarán un hotel por lo menos una noche, digamos que en cuartos dobles, así que estamos hablando de 2.000 habitaciones dos veces por semana.
Esos son los factores que están afectando el crecimiento del turismo en Panamá en estos momentos. Es decir, la falta de oferta de servicios y de instalaciones turísticas en el país.
¿Qué opinión le merece la infraestructura que exhibe Panamá en estos momentos, fundamentalmente en Ciudad de Panamá?
-En cuanto a la infraestructura, hay un gran déficit sobre todo en la parte hotelera. Mientras que en el área de operaciones de tours, que incluye los ómnibus y guías de turismo, en lo único que quizás pudiéramos estar un poco cortos es en la diversidad de idiomas en los que se puede ofrecer el servicio. Por lo demás, hay buena formación en las universidades de Panamá para guías turísticos, administradores de hoteles, con una pequeña deficiencia a veces en el grado de inglés que uno esperaría encontrar en personas que están estudiando turismo. En algunos casos, solamente el 20 por ciento de los estudiantes habla un segundo idioma. Obviamente, durante la universidad tienen cursos de inglés, pero en ocasiones eso no es suficiente como para ponerse frente a un grupo y darles una explicación en este idioma.
¿El crecimiento que está teniendo Ciudad de Panamá en cuanto a la construcción de edificios viene acompañado por un incremento en las infraestructuras para poder dar espacio a todas las personas que están viviendo allí?
-Los problemas de Panamá como ciudad en general están en la contaminación de la bahía, la cantidad de calles contra la cifra de vehículos y, yo diría también, y esto es más bien desde el punto de vista turístico, la ausencia de una mentalidad de servicios, no por mala intención, sino por ignorancia. Pasa en muchas ocasiones que usted entra en una tienda, hay dos o tres dependientas hablando entre ellas y ninguna se le acerca. Usted les dice algo e inmediatamente las tres se disponen a atenderlo, pero es simplemente la falta de percepción de la necesidad de atender a alguien.
Creo que se está avanzando bastante en el saneamiento de la bahía. El proyecto de cinta costera que se debió haber comenzado a construir en estos días, se ha demorado un poco por los permisos del área de Conservación de la Naturaleza, porque queremos estar seguros que esto se va a hacer bien, y eso trae como corolario la necesidad de hacer una red de desagüe que va a eliminar gran parte de los desechos que ahora se vierten en la bahía.
El proyecto de saneamiento de la bahía también se iniciará dentro de poco. También se solucionará el problema de la falta de estructura vial dentro de Ciudad de Panamá, y mejorando cada vez más lo que es el interior del país, pues en ese sentido la Carretera Interamericana está concluida en una buena parte, y lo que falta se está construyendo y se va a terminar en los próximos dos años. Dentro de la ciudad lo veo un poco más difícil, pero sin embargo hay varios programas de hacer pasos elevados, de colocar semáforos sincronizados, de poner un poco más de policías en las calles para controlar el tráfico y, algo que es sumamente importante aquí, que es la educación vial para la cortesía en la conducción vehicular. En Panamá lo más común es bloquear una calle para no perder la luz verde del semáforo.
¿Sería Panamá, si no se ponen en funcionamiento rápidamente estos proyectos de infraestructura, el Bangkok de hace diez años?
-Yo viví en Bangkok cinco años, así que lo conozco bastante bien. El problema es muy similar. Bangkok, por efecto de los canales y del río Mekong, que es tan chato, ha podido desarrollar realmente tres arterias importantes que corren de este a oeste en la ciudad. Ese mismo problema lo tiene Panamá, porque los efectos de la constricción que imponía la zona del Canal, hicieron que el crecimiento de la ciudad fuera "achorizado", en dirección del aeropuerto, en lugar de tener un contorno circular o radial que es lo más común en una ciudad que no tiene restricciones. Eso ha permitido también desarrollar tres vías: Avenida España, Calle 50 y la Transísmica, que son por las que todo el mundo desemboca, por una razón u otra.
Pasos elevados, vías alternas, estacionamientos y cosas por el estilo son alternativas que hay que buscar. Con esos proyectos no creo que la ciudad vaya a ser el Bangkok de hace diez años, porque se están dando los pasos para la solución.
El gran inconveniente para Panamá en este momento es que es un país que depende del petróleo para la energía, ya que el 70 por ciento de la electricidad de la nación es de generación térmica. Pero por otro lado, los ingresos que va a generar el Canal expandido, y los mismos ingresos que va a generar el proyecto de expansión del Canal de Panamá, aportarán una cantidad de divisas que yo creo que ayudarán mucho.
Respecto a la evolución turística de Panamá. Sabemos que Costa Rica ha sido el motor del ecoturismo y del turismo en general en la región centroamericana. ¿Cuánto tiempo cree usted que le tome a Panamá, con sus bellezas y posibilidades, para alcanzar los niveles que tiene Costa Rica en servicios y llegadas de turistas?
-Probablemente estamos hablando de entre cinco y diez años. Costa Rica tuvo la ventaja que mientras que el Presidente Arias estaba recibiendo el Premio Nobel de la Paz, nosotros teníamos a Noriega golpeando con un machete en las fiestas y declarándole la guerra a los norteamericanos. Esos fueron diez años que perdimos, diez años de ventaja que nos tomó Costa Rica. Como bien usted mencionó, Panamá tiene las bellezas y además el Canal.
El otro punto importante que nos diferencia del resto de Centroamérica es la presencia de comunidades indígenas auténticas en Panamá a nivel turístico, es decir, que están accesibles. Lo que nos falta es el desarrollo hotelero fuera de Ciudad de Panamá, y en ese sentido creo que Costa Rica ha hecho un trabajo maravilloso y tenemos un buen ejemplo a seguir.
Dentro de cinco o diez años, con relación a lo que es la cantidad de turistas que recibimos en comparación al número de habitantes que tiene el país, yo creo que debemos estar muy cerca ya. En estos momentos estamos bordeando los 2 millones de turistas contra una población de 2 millones y medio ó 3 millones y medio de habitantes.
¿Qué sería Gray Line, en este caso como turoperador receptivo, cómo se involucra dentro del multidestino de Centroamérica?
-Nosotros tenemos la única marca que ofrece realmente un multidestino en Centroamérica. La calidad de la marca, que lleva 100 años en el mercado y mueve 25 millones de turistas al año, que en estos precisos instantes tiene 2.000 tours operando en algún lugar del mundo, obviamente trae el reconocimiento, la capacidad y, hasta cierto punto, la convicción de que si está presente Gray Line entonces el destino turístico es válido e interesante, tiene qué ofrecer, y hay quién lo ofrezca concientemente.
¿Es Gray Line también un servicio de franquicias?
-No realmente franquicias. Es una franquicia por el hecho de que es una marca que tenemos derecho a utilizar en cierto territorio, pero Gray Line la componemos todos los dueños de los diferentes operadores que hay en todos los países. Todos juntos conformamos la asamblea de Gray Line del mundo. En esa asamblea se elige la Junta Directiva, la cual a su vez contrata a los empleados que manejan la organización. Es una organización sin fines de lucro.
Todo lo que entra a la organización por concepto de franquicias o de servicios, y los porcentajes que puedan ganar, todo eso se dedica a desarrollar la página de Internet y las conexiones con los grandes movilizadotes de turismo a nivel mundial, ya sea Travelocity, Orbitz, con quienes se logran acuerdos a nivel de Gray Line y todos nos beneficiamos de esto.




