El Caribe requiere mayor cobertura y acceso a banda ancha para impulsar el crecimiento económico
Los canales de banda ancha se han expandido rápidamente en Latinoamérica y el Caribe durante los últimos años, pero la región aún va por detrás de las naciones más avanzadas en términos de cobertura, acceso y establecimiento de servicios de tecnología de la información y la comunicación a través de redes de alta velocidad, señala un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El reporte “Salvando brechas, creando oportunidades: ancho de banda como catalizador del crecimiento económico y progreso social en Latinoamérica y el Caribe” (Bridging Gaps, Building Opportunities: Broadband as a Catalyst for Economic Growth and Social Progress in Latin America and the Caribbean) es producto de una serie de discusiones entre el BID y compañías de tecnología, operadores nacionales y multinacionales de telecomunicaciones, instituciones académicas y agencias internacionales.
El estudio cita datos del BID según los cuales un aumento de diez puntos porcentuales en la penetración de banda ancha en la región podría impulsar el Producto Interno Bruto en una media de 3,2% y elevar la productividad en 2,6%.
Mejorando la conectividad a través de banda ancha y haciendo esos servicios accesibles a un mayor número de clientes, los países pueden ayudar a los negocios (especialmente pequeñas y medianas empresas) a ser más competitivos y dar a sus ciudadanos acceso a servicios gubernamentales más eficientes, oportunidades de educación y cuidados médicos, sobre todo para aquellos residentes en zonas remotas o para sectores poblacionales con carencias de esos servicios.
Actualmente, señala el estudio, la banda ancha es menos accesible, más cara y menos usada en la mayoría de los países de Latinoamérica y el Caribe que el promedio de las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
En términos de penetración de líneas fijas con banda ancha, las naciones europeas tienen una media de 30 instaladas por cada 100 personas, casi el triple de la proporción promedio en Latinoamérica y el Caribe.
En cuanto a la banda ancha móvil, países como Corea del Sur, Suecia y Japón tienen alrededor de una línea por persona, mientras que en Latinoamérica y el Caribe la relación es de 15 líneas por cada 100 personas.
El déficit se acrecienta al interior de los países, donde como media la penetración de banda ancha en las ciudades principales supera en diez veces las tasas en áreas rurales.
Aun cuando los precios han descendido en años recientes, siguen siendo un obstáculo. El estudio señala que los usuarios de banda ancha en Latinoamérica y el Caribe pagan más y por servicios más lentos que los consumidores en los países de la OCDE, donde es más alto el ingreso.
En algunos casos, los altos aranceles hacen que equipos importados como computadoras, smartphones y dispositivos inalámbricos sean más costosos para negocios y consumidores, lo cual limita la expansión del uso de la banda ancha.
Entre las recomendaciones, además de instalar la infraestructura necesaria y mejorar el marco legal y regulatorio para estos servicios, el informe del BID menciona la necesidad de elevar las tasas de alfabetización digital con medidas como la conexión de escuelas, capacitando a maestros en IT y dando computadoras a los estudiantes.
Bajar los costos es otra necesidad. Aunque los precios mayoristas en la región cayeron en 50% en los últimos tres años, la media regional es cerca de seis veces más cara que en países con infraestructura más desarrollada, lo cual se traduce en costos más altos de la banda ancha a nivel minorista.
Los gobiernos, además, deberían adoptar políticas para estimular las inversiones en infraestructura básica dentro y entre los países de la región, así como promover el desarrollo y mejorar la cobertura en áreas poco pobladas, y modernizar su legislación referida al campo de la IT, desde la protección de datos personales a licencias para proveedores de servicios y marcos regulatorios que tratan a las telecomunicaciones y a los medios como industrias independientes.
El estudio concluye que “los retos para el desarrollo de la banda ancha son tan grandes que el sector privado no podrá enfrentarlos por sí solo. Se necesita que los gobiernos se unan al sector privado y provean de liderazgo en iniciativas para reducir no sólo la brecha digital sino además para usar los medios digitales con el fin de estrechar la brecha social”.




