Embajadores acreditados en España rinden homenaje a José Martí

Presidida por el embajador cubano, Eugenio Martínez Enríquez, y con la presencia de José Hernández Pérez Solórzano, subdirector general para México, Centroamérica y Caribe del Ministerio de Asuntos Exteriores y la Cooperación del Reino de España, los embajadores de Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Argelia, Colombia, Costa Rica, diplomáticos de México, Paraguay y Rusia acreditados en España, el presidente de la Federación de Asociaciones de Cubanos Residentes en España, cubanos residentes y amigos de la isla en el país ibérico comenzó en Madrid una jornada de tributo a José Martí en el aniversario 161 de su natalicio.

La colocación de una ofrenda floral ante el busto erigido en su memoria en la céntrica plaza madrileña de Quito y las palabras del embajador cubano protagonizaron la apertura de la jornada de homenaje, que continuará con un concierto de trovadores y la realización de actividades conmemorativas por parte de los consulados cubanos y amigos de Cuba en todo el territorio español, informó la sede diplomática de la isla.

“Acudimos ante su monumento, como hijo del pueblo que lo recuerda permanentemente por la obra que nos dejó en apenas 42 años, el corto tiempo que alcanzo a vivir…”, sentenció Eugenio Martínez, al tiempo que recordaba el pensamiento y la trayectoria revolucionaria del Héroe Nacional cubano.

El diplomático destacó que “…los presidentes latinoamericanos reunidos en La Habana, la ciudad donde nació Martí hace 161 años, se agrupan en fila de hermanos, en un cuerpo común por el que luchó nuestro héroe”, en alusión al ideal martiano de integración regional y a su reflejo en la actual Cumbre de la CELAC en la capital cubana.

Martínez expresó que “en estos tiempos de necesaria unidad, de apoyo en la virtud, debemos llevar a nuestro héroe de compañero en cada acto; recordar su vida y cómo la entregó a una causa, al abandonar los placeres cotidianos, para disfrutar los placeres del sacrificio”.

El monumento a José Martí de Madrid, fue realizado en 1987 por el escultor cubano José Ramón Villa Soberón.