Entrevista a Julio Llibre en DATE 2015
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En el marco de DATE 2015, conversamos en exclusiva para Caribbean News Digital con Julio Llibre, quien es un empresario muy importante que, desde el mundo hotelero, dio pie al crecimiento de la República Dominicana como destino turístico.
¿Cuáles son sus hoteles y dónde están situados?
—En la actualidad tenemos una división de hoteles, que está situada en la zona de Juandolio, próxima a la ciudad de Santo Domingo. Tenemos el hotel Coral Costa Caribe, con casi 500 habitaciones y una división de condominios turísticos que están esparcidos en toda la isla, particularmente en el este, en Bávaro, en Punta Cana, tenemos unos seis grandes condominios. En la zona de Juan Dolio tenemos 4 condominios y 3 en la zona de Samaná. En total contamos con unas 2000 propiedades bajo administración en los condominios. Esas 2000 propiedades representan unas 4000 habitaciones turísticas en el país. Somos en ese segmento de inmobiliario turístico el más importante de toda la isla.
¿Desde qué año comenzó en el sector turístico?
—Estoy involucrado desde los años setenta, cuando empezó el turismo en República Dominicana. Lo hicimos conjuntamente con la incorporación en nuestro país de una empresa que fue Unión Hotelera Dominicana, que tuvo la suerte de asociarse con el grupo Occidental de España, que fue el primer grupo español de importancia que tuvo una visión de desarrollo del turismo dominicano, a todo lo largo y ancho de la Isla. Llegamos a tener 14 hoteles. Luego, por diferentes circunstancias, me separé del Grupo y me independicé. El Grupo Occidental quedó solo, sin socios locales, porque decidimos emprender otros negocios. Fue así como yo, que ya era parte del grupo BHD, que es el segundo grupo financiero privado más importante de República Dominicana, ocupé la posición de Presidente Corporativo del holding. Decidimos crear una división de negocios turísticos, porque no se concebía que un grupo de tanta importancia económica dentro del país no tuviera presencia en ese sector tan importante. Con el apoyo económico de BHD, iniciamos la división turística del grupo Coral. Con los años ese Grupo se fue expandiendo, hasta tener unas 2400 habitaciones, tuvimos una alianza de marca con Hilton, que fue Coral by Hilton. Posteriormente tuvimos la obligación de desmontar aquella estrategia de negocios turísticos por razones regulatorias.
El holding empresarial privado, que era dueño de esta división de negocios turísticos, su hold business era el negocio bancario financiero. Las regulaciones económicas que se establecieron a principios de este siglo obligaban a que los grupos con presencia en el sector financiero bancario no podían tenerla en un negocio que no fuera financiero. Eso obligó a que tuvieran que venderse todos los hoteles. En ese proceso yo, que había sido el fundador de aquella organización turística dentro del Grupo BHD, tuve la ingrata tarea de ser el que desmontara lo que habíamos creado.
Cuando se desmontó ese proyecto de inversión me independicé totalmente y creé mi propia marca que es el Grupo Coral Hospitality Corp, donde tengo una división de negocios fundamentalmente de administración de condominios, que es el hold business nuevo que tengo como negocio. Allí me siento muy complacido, porque el producto ha venido a llenar una necesidad.
En República Dominicana ha crecido enormemente la oferta hotelera convencional turística todo incluido, pero también, al mismo paso, ha ido creciendo el desarrollo de proyectos integrados, ya sea bajo el manto de campos de golf o de marinas o cualquier otro enclave y alrededor de estos leiv motiv se desarrolla una oferta hotelera mobiliaria turística, que es lo que hemos identificado como una oportunidad de negocios, pues no se tenía una especialidad en la administración de este tipo de habitaciones turísticas, que no son lo mismo que un hotel convencional todo incluido, ni tampoco que un residencial puro y simple inmobiliario en una ciudad. Son residenciales insertados en un lugar de playa. La condición es que todos los condominios turísticos que nosotros administramos tienen que estar ubicados realmente en lugares de la playa.
¿Tienen algún acuerdo con RCI o con alguna otra compañía?
—Sí, pero no solo por el lado de la oferta turística inmobiliaria. El otro renglón de negocio que también hemos ido desarrollando en paralelo ha sido la administración de programas de club de vacaciones o de tiempo compartido. En ese sentido, damos servicio a grandes cadenas hoteleras que, por una razón u otra, no han querido asumir la tarea, que es bastante complicada, de realmente administrar lo que son los programas de tiempo compartido.
En la actualidad nosotros tenemos nueve salas de venta de tiempo compartido, tanto en México como en República Dominicana, que llevamos para diferentes cadenas hoteleras.
¿Su inversión es solamente en República Dominicana o van a invertir en otros países del entorno?
—No. De hecho, estamos en México donde llevamos programas de tiempo compartido y ahora estamos también incursionando en algunas operaciones, con propiedades. Realmente estamos allí y lo estamos haciendo con importantes compañías hoteleras de gran prestigio a nivel mundial.
¿De dónde es su cliente natural?
—Para sorpresa de algunos, el cliente natural casi suele ser el norteamericano-canadiense, pero también el latinoamericano suele ser un comprador grande del programa de clubes de vacaciones, sobre todo Chile, Argentina, Brasil ahora, son grandes demandantes de este tipo de producto.
¿Por qué? Porque realmente encaja muy bien con lo que es el deseo del turista de Suramérica que, por lo general, suele tener un disfrute de vacaciones en una temporada que no coincide necesariamente con lo que llamamos nosotros temporada alta aquí. El invierno de ellos es nuestro verano y viceversa. Eso hace que se cree un efecto de complementariedad e igualación de las ventas durante todo el año, ya que el norteamericano y el canadiense suelen ser más de temporada de invierno nuestro en el Caribe, mientras que la temporada de invierno de Suramérica es la que llamamos temporada baja, que es la de verano.
Los rusos empezaron a comprar en República Dominicana. ¿Ustedes también accedieron a ese mercado?
—Claro que sí. El mercado ruso fundamentalmente prefiere el alojamiento todo incluido. Sus estadías suelen ser largas y prefieren venir con todo su paquete planificado. Eso hace que naturalmente la oferta turística dominicana haya tenido mucho éxito en Rusia. Hoy día constituye más de un 10% de la oferta total que República Dominicana estaba vendiendo en el mercado ruso.
La situación económica y los recientes problemas de Rusia evidentemente han tenido un impacto en esa participación de mercado, que por fortuna suele ser reemplazada rápidamente por el mercado norteamericano y canadiense, que es el más próximo que tenemos. Rusia es un mercado que ha venido a ser un sustituto importante de la caída del mercado tradicional europeo. República Dominicana llegó a tener una participación de Europa en todo lo que es la demanda turística de nuestro país de hasta un 60%. En la actualidad, esa participación ha bajado a un 25%.
Las líneas aéreas han sido uno de los hándicaps de comunicación, tanto las regionales como intercontinentales. Ahora se habla de una nueva línea aérea dominicana. ¿Qué nos puede decir al respecto?
—Para mí realmente la nacionalidad de las líneas aéreas no debería ser un problema, ni un tropiezo. Todo lo contrario, la experiencia nuestra ha sido que República Dominicana, sin tener línea aérea nacional, ha podido desarrollar un turismo fuerte, el más importante de toda la región del Caribe, y justamente lo ha logrado sobre la base de una política de cielo abierto. Esto ha sido muy importante, muy interesante, y ha permitido que hoy por hoy nuestro país, que tiene la dicha de contar con más de cinco aeropuertos internacionales en este “pedazo de isla”, como dicen, con características, condiciones y estándares que no tienen nada que envidiarle a otro aeropuerto tan grande como los de Estados Unidos o cualquier capital europea.
Eso no ha sido un óbice para que nosotros nos desarrollemos en nuestro sector turístico. Gracias a esa política de cielo abierto, gracias también a la política de ser flexibles otorgando autorizaciones para que cualquier línea aérea o turoperador que quiera contratar una línea aérea en vuelos chárter o de temporada, lo pueda hacer. Hoy por hoy tenemos una conectividad tremenda a nivel mundial gracias a esas facilidades. Rusia está totalmente conectada con nosotros de forma directa, lo mismo pasa con España y Europa entera; Francia, Inglaterra, Alemania tienen vuelos directos hacia la isla.
Los aeropuertos de la isla no solamente son Punta Cana, también está el aeropuerto de Santo Domingo, el de La Romana, el de Puerto Plata, de Santiago. Tenemos aeropuertos en toda la isla y cada quien escoge el que más le convenga.
También tenemos la suerte de tener un desarrollo turístico bastante equilibrado en la geografía nacional. Tenemos oferta turística en toda la nación, tanto en el norte como en el este y sur. Samaná es uno de los nuevos destinos que han ido emergiendo con gran fuerza y también tiene su propio aeropuerto internacional.
¿Samaná es un lugar donde van a construir?
—Tenemos tres operaciones de condominio en Samaná, pero allí también un complejo en proceso de desarrollo para ofertarlo como parte de nuestro producto. Estamos involucrados como promotores directos del producto.
¿Desea ampliar algo más?
—Creo que República Dominicana cada día tiene la ventaja de estarse renovando constantemente. Hoy por hoy su gran apuesta es la de empaquetar un producto diversificado, que ya no solamente es de sol y playa, y que descansa fundamentalmente en la nueva incorporación de los atractivos de la ciudad de Santo Domingo que está bien comunicada con todos los polos turísticos de sol y playa de la isla y que permite realmente combinar los paquetes y circuitos para todo el turismo que visita nuestro país.
Yo tengo gran fe en que esta innovación de la oferta diversificada agrega un valor extraordinario que va en la dirección correcta de lo que el gobierno y el sector privado quieren tener en nuestro país.
La oferta no convencional, que no forma parte del todo incluido, también tiene un futuro muy importante. Cada día hay más personas interesadas en adquirir propiedades como segunda vivienda en República Dominicana, las cuales suelen ser puestas a disposición de los turistas a través de programas de renta que ofrecemos en todos los condominios de playa que administramos.
CELITER es la marca de nuestro producto que no es todo incluido, pero que forma parte de la oferta de los condominios turísticos que ofrecemos en todo el país.
¿Cuántos turistas recibe República Dominicana en este momento?
—Ya superamos los 5 millones de turistas al año.
De esos 5 millones de turistas con sus 4 mil habitaciones, ¿qué porcentaje ocupan ustedes en la distribución del turismo?
—El promedio de ocupación en los condominios ronda alrededor de 30%, porque los propietarios por lo general suelen reservar para sí una temporada importante del año, que a veces limita el mercadeo y la venta hotelera de estas habitaciones.
¿La rotación de un condominio es de 15 días o una semana?
—Normalmente suele ser de no menos de una semana. Para el mercado local, que también es importante, suele ser dos o tres días.
¿Cuál es el promedio de coste de un apartamento de una habitación?
—Normalmente ronda por encima de los 125-150 dólares diarios, dependiendo de la ubicación y la temporada.