Entrevista a Simón Suárez, Presidente de Asonahores
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Conversamos con Simón Suárez, Presidente de Asonahores, quien nos comenta sobre los avances en la hotelería en República Dominicana y, además, ofrece sus valoraciones sobre los retos y posibilidades para el Caribe ante el nuevo contexto de relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
¿Desde cuándo es presidente de Asonahores?
-Fui electo en agosto del año pasado. Asumí la presidencia en septiembre por dos años y desde entonces he estado tratando de darle un giro interesante a Asonahores en un buen momento, porque ha habido un repunte de la actividad turística en general, en el Caribe y en República Dominicana está muy bien el turismo.
¿Qué otras ocupaciones mantiene en paralelo a Asonahores?
-Adicionalmente a mi posición en Asonahores, como presidente del Núcleo de Voluntarios, soy el vicepresidente de Relaciones Institucionales y Proyectos Nuevos del Grupo Punta Cana.
¿Cuál es la nueva visión de la República Dominicana y de la hotelería de la República Dominicana después de la modernización de su planta hotelera hacia el futuro?
-Lo fundamental en este momento es comenzar a expandir la actividad turística regionalmente y, además de eso, reenfocar el producto hacia nuevos nichos y nuevas oportunidades. En cuanto a la diversificación geográfica, siguiendo las oportunidades que se han estado abriendo desde el punto de vista de infraestructura vial, la zona del este se deberá unir con Samaná mediante un ferry en Sabana del Mar. Ese es uno de los proyectos que debemos estar viendo en ejecución en los próximos años.
Tenemos también la apertura del sur. Esta zona está siendo dotada de una red vial importante que facilitará su integración al resto de la República Dominicana desde el punto de vista turístico. Además se están desarrollando proyectos nuevos en el sur, hay dos en la zona de Baní por ejemplo: uno combina la actividad de bienes raíces con un desarrollo vitivinícola muy interesante. Por otra parte, está el proyecto Los Corbanitos con un desarrollo en una preciosa playa de arena blanca frente a la bahía de Salinas, la bahía de calderas.
Adicionalmente, el gobierno acaba de anunciar el enfoque en la zona de Pedernales, donde ya se han elaborado los planes de ordenamiento territorial y desarrollo turístico y se está estructurando un fideicomiso para capitalizar proyectos en esa zona.
¿Van a utilizar fideicomisos y clusters como parte de ese desarrollo?
-Sí, definitivamente. El sistema de clusters ya está bien desarrollado y estructurado en la República Dominicana y está teniendo su efecto. Los clusters principalmente han estado trabajando en el reposicionamiento de destinos como Puerto Plata, Cabarete y Samaná.
Hay un clúster en la zona de Barahona, Pedernales, que también está integrado, pero ahora deberá tener mucha más actividad en la medida en que se aglutinan recursos de capital para la zona sur.
El posible levantamiento del bloqueo a Cuba. ¿Cómo se ve desde la hotelería dominicana?
-Siempre hay varias oportunidades y una de ellas es integrar más la parte inversora de la República Dominicana y Cuba. Siempre ha habido interés de muchos inversionistas, presentes en la República Dominicana, en integrarse a Cuba y no ha sido posible por una u otra razón. Esa actividad de integración deberá comenzar a suceder y es muy interesante.
Por otro lado, se comenzará a compartir el mercado norteamericano que va al Caribe y eso no es positivo, pero será un acicate para República Dominicana para afianzar su posición en el mercado norteamericano. ¿Cómo afianzarla? Hasta ahora hemos sido muy exitosos en el mercado norteamericano capturando los mercados de la costa este.
Profundicemos geográficamente. Tenemos que mudarnos hacia el mid west y hacia el far west. Para eso ya tenemos la infraestructura aeroportuaria, tenemos los inicios de conexiones directas desde, por ejemplo, Denver, Minneapolis, Chicago.
Ahora tenemos que capturar esos mercados y posicionarnos en ellos como estamos posicionados en Boston, Nueva York o Miami.
¿Cree usted que el hecho de que el mercado cubano se abra para el mercado norteamericano puede ser un elemento publicitario importante para el Caribe?
-Ese es el reto que el resto del Caribe tiene que asumir. Claro que sí, porque desde el momento en que el Caribe se equipare a Cuba y Cuba sea el nuevo atractivo, definitivamente tendremos que ser capaces de capturar esa mejor atención de los norteamericanos hacia la región.
¿Me podría dar tres puntos que tiene de ventaja el Caribe actualmente para ese mercado y tres puntos que tendría Cuba para ese mercado?
-Como atractivo Cuba tiene, en primer lugar, el misterio, el hecho de que hay prácticamente tres generaciones de norteamericanos que desconocen totalmente Cuba. Ese es un punto interesante, porque está toda la historia de Cuba, las relaciones Cuba-Estados Unidos y eso se va a recuperar. Para el resto del Caribe, este es un reto que se resuelve con un trabajo de posicionamiento de mercado.
Otro atractivo de Cuba es que ellos tienen una estructura clara de planificación estratégica de largo plazo. Ya existen prioridades dentro de Cuba: qué áreas se van a desarrollar con miras al mercado norteamericano. Eso es muy positivo, porque el interés que pueda desarrollarse en Estados Unidos por inversionistas norteamericanos hacia Cuba recibirá una respuesta rápida, concisa y clara: aquí y en estas condiciones.
Eso tiene un potencial conflicto y es que existe ya una presencia inversora importante en Cuba que no verá bien que haya un agravio comparativo en las condiciones en que esa nueva inversión sea atraída hacia Cuba. Cuba tiene que resolver eso.
Después está el tema de cómo la industria norteamericana va a abordar el producto cubano. Hay un gran desconocimiento de parte de las empresas hoteleras norteamericanas sobre Cuba, sobre la operación hotelera allí, sobre las instalaciones, la infraestructura y todo eso. Hay mucho desconocimiento. Eso puede ser un riesgo, porque pueden venir con fórmulas que no se apliquen eficientemente en la Mayor de las Antillas.
Vamos a ver como el tiempo va resolviendo cada uno de esos temas, los cuales van en ambas direcciones: algunos positivos, otros negativos.
¿Y las tres ventajas del Caribe?
-En cuanto a ventajas, el Caribe ya está posicionado en Estados Unidos. El hecho de que haya mayor exposure del Caribe es positivo y las Jamaicas, Repúblicas Dominicanas, Barbados y Antiguas de este mundo tienen que aprovechar ese movimiento. El Caribe inglés es muy importante para los norteamericanos y esa es otra ventaja.
Al final tenemos una gran diversidad a la cual Cuba se integra en este momento, pero el Caribe siempre la ha tenido. La diversidad cultural, la diversidad de productos más allá del sol y playa es algo que el Caribe siempre ha tenido y que se podrá potenciar si en efecto logramos que la apertura de Cuba y la atención del mercado norteamericano hacia ese producto se traduzcan en mayor atención hacia el Caribe en general.
¿Cree usted que esta apertura del mercado norteamericano hacia Cuba pueda influir en una nueva visión de CTO y CHTA sobre República Dominicana, Cuba o México?
-Pienso que CHTA y CTO, particularmente CHTA que la conozco mejor, lo que tiene que hacer y ha comenzado a hacer es redefinirse una vez más como una organización mucho más dinámica, más enfocada hacia las necesidades de sus miembros. Tendrá además que definir de qué manera integra de nuevo a los grandes jugadores, porque lo que ha sucedido es que se ha mantenido cada vez más aislándose entre los jugadores más pequeños de la zona y debe ver de qué manera se reintegran los que estuvieron.
Cuba estuvo inclusive como miembro de CHTA durante mucho tiempo. Hay que ver cómo CHTA re-enamora el Caribe hispano parlante y el Caribe de los grandes destinos.
¿Piensa que eso es mejor que unirse independientemente?
-Me parece que sí, porque no veo voluntad de crear nuevas instituciones. Si CHTA es capaz de reinventarse pienso que es mucho más expedito y, en el fondo, más eficiente que crear una organización paralela cuya definición no veo clara todavía.