España: Tarragona quiere situarse en el mapa de los destinos de cruceros
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España. A punto de cerrar el primer año de crisis económica con unos números más que aceptables, el Port de Tarragona ya mira hacia el futuro. Un futuro que en el 2010 pasa por la apuesta en el mercado de cruceros. “Se trata de un sector que está aguantando muy bien la situación, y cuyos beneficios repercuten en el tejido económico del territorio”, destacó el presidente de la Autoridad Portuaria, Josep Anton Burgasé.
Y es que como ya publicó el Diari, la institución está construyendo una terminal en la prolongación del dique de Llevant. Unas obras que ya se han iniciado con la colocación de dos cajones en el muelle de Andalucía que permitirán la llegada de autobuses y transportes públicos hasta el mismo barco. El grueso de las actuaciones para levantar las instalaciones adecuadas (checking, desembarco de pasajeros, control de pasaportes, etc.) se harán en los próximos meses. El espacio previsto tendrá capacidad para acoger dos embarcaciones al mismo tiempo.
De la misma manera se abrirá un acceso a la terminal en el paseo marítimo para que los turistas no tengan que pasar por la zona industrial del puerto. En total, el presupuesto del Port para llevar a cabo todas las obras necesarias para poner en marcha la terminal rondaría entre los cuatro y seis millones de euros.
Este 2009 atracaron en el Port de Tarragona 15 cruceros con unos 6.000 pasajeros. Una cifra muy reducida comparada con la de los principales puertos cruceristas del Mediterráneo. Aunque alcanzarlos tampoco es el objetivo de esta apuesta estratégica y más teniendo el primer destino de cruceros de Europa, como es el Port de Barcelona, a 100 kilómetros. “No se trata de quitarle cuota de cruceros sino de aprovechar las sinergías que produce para convertirnos en una oferta complementaria”, apunta Burgasé.
Demanda existente
Con esta terminal, el Port quiere abrir un área de mercado turístico muy poco explotada por una infraestructura, de marcado carácter industrial. Por ello, los primeros pasos son cortos. “No es cuestión de exagerar haciendo una gran terminal sin tener una demanda mínima”, aseguró Burgasé.
Sin embargo, esta apuesta no es un “salto al vacío”. La demanda existe. Hace unas semanas la empresa de cruceros Carnival señaló a Tarragona como uno de los puertos complementarios con gran futuro en el mercado de los cruceros. Además, otra compañía ya ha confirmado su participación en una primera fase de este nuevo mercado.
Ahora bien, el presidente de la APT ya advirtió que esta apuesta deben participar todas las instituciones del territorio para presentar una oferta turística potente. En este sentido, el patronat de turismo del ayuntamiento de Tarragona y la autoridad portuaria buscan “situar la ciudad en el mapa de los destinos de cruceros”, aseguró el máximo representante del ente municipal, Sergi de los Ríos.
Eso no quiere decir que los primeros cruceristas lleguen a principios. La oferta turística del 2010 ya está cerrada, con lo que no será hasta el 2011 que la inversión del Port empiece a dar sus frutos para en cuatro o cinco años consolidar Tarragona como destino de cruceros. Entonces, la APT dejaría en manos de la iniciativa privada ampliar o construir unas instalaciones mayores.