Estados Unidos: Piloto del avión que acuatizó en el río Hudson dice que vivió los peores minutos de su vida

14 de Febrero de 2009 1:14am
godking

Estados Unidos. El piloto del avión de la aerolínea US Airways que acuatizó hace tres semanas y media en el río Hudson, frente a Nueva York, salvando la vida de 155 personas, dio su primera gran entrevista a la televisión, en la que confesó que durante el accidente vivió los peores minutos de su vida.

El capitán, Chesley Sullenberger, conocido ahora como "el héroe del Hudson", dijo en una entrevista emitida el lunes por la noche en la cadena CBS que nunca antes había tenido la sensación tan clara de perder el suelo bajo los pies. "Creo que de muchas maneras mi vida hasta ese momento no fue más que una preparación para ese instante especial", opinó el piloto de 57 años.

Cuando poco después del despegue fallaron los dos motores (según las investigaciones realizadas hasta ahora, debido a una bandada de pájaros), Sullenberger intentó concentrarse por completo en el desafío. "Quiero decir que sabía que tenía que solucionar este problema. Sabía que tenía que salir de la encrucijada en que estaba", confesó. "Tenía que cumplir con una tarea".

El ex piloto de combate de la Fuerza Aérea, con más de 40 años de vuelo, apenas dejó traslucir sentimientos durante la conversación, refiere un reporte de Dpa.

"Me tuve que obligar a aprovechar mi entrenamiento y mantener la situación en calma", dijo. Después del aterrizaje forzoso, los pasajeros pudieron abandonar el avión en pocos minutos y fueron rescatados por ferrys que pasaban por allí y botes de rescate.

En cuanto a los socorristas, Sullenberger afirmó: "Un gracias me parece poco apropiado. Les debo tanto agradecimiento, que temo que nunca pueda devolver todo esto". Cuando fue salvado el último pasajero, el mismo "Sully" se sintió algo débil: "Tuve la sensación de que me quitaban del corazón todo el peso del mundo".

Hace pocos días, la autoridad de aviación FAA difundió la comunicación entre la torre de control y el piloto. Allí quedó de manifiesto la sangre fría con la que Sullenberger hizo acuatizar el avión.

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