Fábricas La Corona y H. Upmann, el largo camino de un habano

Los delegados del XVI Festival comprobaron de primera mano el proceso de confección de los mejores tabacos del mundo en famosas fábricas de la capital cubana.
Las fábricas La Corona y H. Upmann se vistieron de gala para recibir a los asistentes al Festival, que llegaron hasta allí para ser testigos del proceso de elaboración totalmente a mano de un tabaco Premium, proceso que se realiza en Cuba con ese nivel artesanal desde hace más de 200 años.
Durante un cálido intercambio con los trabajadores, los visitantes pudieron conocer detalles del proceso productivo, desde que tiene lugar la recepción y acondicionamiento de las hojas de tabaco. En la galera, el corazón de la fábrica, fueron recibidos con el tradicional toque de chavetas por los torcedores que elaboran las diferentes vitolas.
En su recorrido por ambos lugares, donde priman sencillas herramientas como prensas, moldes, y sobre todo manos muy habilidosas, interactuaron también con las despalilladoras, quienes retiran la vena central y dividen las hojas en dos mitades, dejándolas listas para clasificarlas luego de acuerdo con su color, tamaño y textura.
Entre otros pormenores, conocieron cómo los habanos se someten a un estricto control de calidad, que entre otras cosas incluye la comprobación del tiro. Si todo está en orden, se viste el habano con su mejor gala: la capa.
Una vez concluida su confección se colocan en el escaparate, también conocido como “el tesoro”, donde se dejan reposar en compartimentos forrados de cedro que eliminan el exceso de humedad que adquirieron durante el torcido.
El largo camino del habano concluye en el departamento de Control de Calidad, donde los técnicos verifican el peso, longitud, grosor, consistencia, confección y apariencia externa, antes de ser anillados y envasados con destino a los fumadores.