Gran Bretaña: Corte de Londres invalida planeada huelga del personal de cabina de British Airways

Gran Bretaña. La Alta Corte de Londres bloqueó el lunes la huelga que iniciarían este martes 12.000 miembros del personal de cabina de British Airways (BA), al fallar a favor de la empresa, que había interpuesto un recurso contra esa medida alegando irregularidades en la votación de los empleados del sindicato Unite para impulsar el paro.
El sindicato prometió acatar el fallo aunque anunció un contraataque judicial. Mientras, el gobierno llamó a las partes a retornar a la mesa de negociaciones, en una jornada en que la nube de cenizas del volcán islandés forzó la cancelación de 1.000 vuelos en Europa.
"Soy incapaz de decir si está suficientemente claro que el sindicato adoptó los pasos previstos por la ley en el momento en que se requería", declaró el juez Richard McCombe al emitir su veredicto.
Unite había convocado cuatro huelgas sucesivas de cinco días del personal de cabina -del 18 al 22 de mayo, del 24 al 28 de mayo, del 30 de mayo al 3 de junio y del 5 al 9 de junio- para protestar por las medidas de austeridad y recortes de plantilla que la aerolínea quiere imponer para compensar las enormes pérdidas que sufrió durante la crisis.
"Estamos encantados por nuestros clientes de que los planes de Unite para una huelga extrema e injustificada no puedan seguir adelante", declaró British Airways en un comunicado, mientras que Unite, que agrupa a 12.500 tripulantes de cabina de BA, consideró la decisión judicial como "una desgracia total" y aclaró que, aunque la acatará, responderá también en el terreno judicial.
Es la segunda vez que un juez de la Alta Corte impide una huelga votada mayoritariamente por el personal de cabina de BA, luego de que en diciembre una decisión similar invalidara un primer paro de 12 días previsto para las fiestas de fin de año, alegando "irregularidades" en el proceso de votación, recordó AFP.
Tras el primer revés judicial, el personal de cabina llevó a cabo en marzo una huelga de siete días que trastornó los planes de vuelo de miles de pasajeros y tuvo un coste estimado por la compañía en unos 5,5 millones de libras diarias (6,4 millones de euros).
Mientras tanto, el nuevo ministro de Transportes británico, Philip Hammond, llamó a las dos partes a regresar a la mesa de negociaciones. "Quiero que usen este espacio para resolver su disputa, tanto para evitar trastornos a los pasajeros como para salvar el futuro de la aerolínea", dijo.
British Airways debe dar a conocer el próximo viernes resultados de su gestión en el primer trimestre, pero la prensa británica ha adelantado que anunciará pérdidas de alrededor de 600 millones de libras (700 millones de euros), las mayores desde su privatización en 1987, según el Sunday Times.
Mil vuelos cancelados
Nuevamente este lunes la nube de ceniza del volcán islandés obligó a cancelar unos mil vuelos –de los 28.000 programados- en Europa. Algunos aeropuertos principales del Reino Unido y Holanda tuvieron que cerrar en forma temporal a lo largo del día.
La presencia de cenizas volcánicas en la atmósfera motivó el cierre de los aeropuertos de Róterdam y Schiphol, en Holanda. Las estaciones aéreas de Irlanda del Norte y en algunas regiones de Escocia también permanecieron cerradas, mientras que en Heathrow, London City y Gatwick, en Londres, se registraron fuertes interrupciones del tráfico aéreo.
Aun en la noche del lunes seguía en pie la prohibición de volar en dos áreas clave de la región, que afectan las operaciones en Irlanda del Norte y Shetlan Isles, frente a la costa noreste de Escocia. Sin embargo los aeropuertos en Holanda fueron abiertos de nuevo al tráfico aéreo, según comunicaron las autoridades de aviación civil holandesas. La autoridad aeroportuaria española Aena señaló, por su parte, que 149 vuelos fueron cancelados de España a Reino Unido, Holanda e Irlanda.
A mediados de abril, las cenizas emitidas por el volcán islandés Eyjafjöll provocaron la peor parálisis de la historia del transporte aéreo durante casi una semana durante la cual se anularon más de de 100.000 vuelos y más de ocho millones de pasajeros se quedaron varados por el mundo.
El sector del transporte aéreo estimó provisionalmente las pérdidas en 2.500 millones de euros (3.300 millones de dólares).