Jamaica: Kingston, bajo estado de emergencia y patrullada por las fuerzas de seguridad

Jamaica. La capital de este país, popular destino turístico, mostraba el lunes desiertas muchas de sus calles normalmente animadas, constantemente patrulladas por fuerzas de seguridad. En estado de emergencia desde el domingo y por un mes, según anunció el gobierno, la ciudad volvió a ser escenario de choques entre la policía y partidarios armados de un supuesto capo de la droga bajo proceso de extradición a Estados Unidos, mientras se sucedían saqueos y robos de vehículos.

La crisis se desencadenó tras conocerse la decisión de las autoridades de deportar a Estados Unidos al presunto señor de la droga Christopher "Dudus" Coke, líder de la organización criminal más temida del país, la Banda de la Ducha, bajo cargos de tráfico de cocaína y armas, y a la vez un popular activista comunitario.

La fiscalía estadounidense ha descrito a Coke como líder de la banda "Shower Posse", una extensa red internacional de narcotráfico y armas responsable de vender marihuana y crack en Estados Unidos, y responsable de más de 1.400 asesinatos en ese país y Jamaica.
Su extradición había sido solicitada ya en el verano de 2009, pero Jamaica se negó entonces al calificar de no convincentes las pruebas contra Coke y alegar que fueron obtenidas mediante escuchas telefónicas ilegales.

Distintas fuentes señalaron que este lunes los enfrentamientos dejaron al menos tres personas muertas (dos policías y un civil), al tiempo que otros siete policías resultaron heridos en los ataques, acompañados de noticias esporádicas de saqueos y robos de coches en distintos sectores de la capital.

El domingo, tras declarar el estado de emergencia en algunas zonas de Kingston y St. Andrew, el primer ministro, Bruce Golding, prometió medidas "fuertes y decisivas" para restaurar el orden. Golding anunció que el estado de emergencia se mantendrá durante un mes y que demostrará que Jamaica es "una tierra de paz, orden y seguridad" donde no se tolerará la violencia de bandas.

"Éste será un punto de inflexión para nosotros como nación para confrontar los poderes del mal que han penalizado a la sociedad y nos valieron la nada envidiable etiqueta de una de las capitales de los asesinatos del mundo", afirmó.

Golpe al turismo

En varios medios comienza a temerse que la crisis de violencia, aunque limitada a la capital, afecte la imagen del país en el exterior y golpee los flujos turísticos no sólo hacia Kingston sino también hacia otros destinos. Mercados emisores de turismo claves como Estados Unidos y Reino Unido ya emitieron advertencias de viaje para sus ciudadanos.

Recientemente, John Lynch, presidente del Consejo de Turismo en este destino caribeño, destacó que entre enero y marzo la llegada de turistas al país creció 8,3% respecto a igual período de 2009 y vaticinó que hay grandes posibilidades de mejorar en 2010 el crecimiento anual de 3.6% alcanzado en 2009.

Entre las novedades están la llegada del Oasis of the Seas y su nave hermana, el Allure of the Seas, ambas propiedad de Royal Caribbean International, que comenzarán a visitar con regularidad el nuevo puerto de Falmouth desde marzo de 2011.

Entretanto, la cantidad de vuelos hacia Jamaica para el verano de 2010 prevé un incremento del 14% respecto a 2009, con un total de 1.3 millones de capacidades, comentó Lynch. Esto incluye el segundo servicio diario y sin escala de JetBlue desde el Aeropuerto Kennedy, en New York, hacia Montego Bay y Kingston, a partir del 17 de junio.

Los planes de marketing para Jamaica en 2010 incluyen también recibir a más de 3.000 agentes de viajes norteamericanos en viajes de familiarización y la apertura del Centro de Convenciones en Montego Bay, que servirá como sede para el evento anual Marketplace de la Asociación de Hoteles y Turismo del Caribe en 2011.

Las autoridades de Turismo también han anunciado una enmienda a la Ley de Incentivo a los Hoteles para permitir que existan, durante todo el año, beneficios libres de impuestos para los hoteleros, y cambios para extender a más artículos la Ley de Compras Libres de Impuestos.