Las prohibiciones generan curiosidades
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El periodista y bloguero cubano Iroel Sánchez Espinosa* estuvo de nuevo en España, presentando su libro “Sospechas y Disidencias, una mirada cubana en la red”, que recopila los textos de su blog “La pupila Insomne”, y compartió con CND algunos criterios sobre la situación y perspectivas de los viajes, la emigración y el turismo entre Cuba y los Estados Unidos.
En estos últimos años, Cuba ha continuado expandiéndose en la industria turística. ¿Cuál es tu punto de vista sobre el turismo desde la perspectiva de un cubano que vive en la isla, y sus posibilidades?
-La perspectiva es compleja pues la industria turística es una suma de muchas cosas, de muchas industrias. No soy un experto en el tema, pero pienso que actualmente no hemos llegado aún al tope de nuestra capacidad, e inclusive los estudios ecologistas muestran que el impacto ambiental del turismo cubano se reduce al mínimo, y el país tiene una de las más altas relaciones entre preservación del medio y el desarrollo humano.
Creo que mientras más se desarrolle el turismo y con él otros sectores de la economía, con un sistema social que redistribuye esos ingresos socialmente, más se beneficiarán la economía y la sociedad, y el país podrá salir adelante superando los diversos problemas para alcanzar un desarrollo sostenible. En todo esto también incide la información que se divulga en el mundo sobre el turismo cubano, que no siempre es la mejor ni la más objetiva.
Hablando de información, tenemos que hablar de los medios, tema recurrente en tu blog y tu libro. Años atrás, Noam Chomsky señalaba en una obra que ya es un clásico, “Los Guardianes de la Libertad”, en la cual documentaba el poder de los medios de comunicación, que la única forma de defendernos de ese poder era poner a los medios bajo sospecha permanente. En ese sentido, ¿tu blog y tu libro siguen el mismo criterio?
-Si vamos un poco más atrás, el primer plan de desinformación sobre Cuba se revela en un libro del periodista Tim Weiner, ganador del premio Pulitzer por sus trabajos sobre los servicios secretos estadounidenses, titulado “Legado de Cenizas”, y reconstruye la trayectoria de la CIA desde su fundación tras la segunda guerra mundial hasta la posguerra de Iraq.
En ese libro se menciona el plan del llamado “cubano empapado”, referente a un cubano que supuestamente había aparecido en Turquía diciendo que se había arrojado de un barco que transportaba prisioneros políticos cubanos rumbo a Siberia, historia que se reflejó en la prensa mundial. Hoy resulta difícil de creer tal cosa, pero entonces, como ahora, la utilización de los medios para formar opiniones es la misma. Ahora ponen la desinformación en Internet, pero siguen jugando el mismo papel que ese primer plan. Creo que hay que construir espacios diferentes de información. Hubo un tiempo allá por los años 80, cuando el movimiento de Países No Alineados abogó en la Unesco por lo que se denominó un “Nuevo Orden Internacional de la Información”. La organización apoyó ese planteamiento y al final fue tan peligroso que los Estados Unidos se retiraron de la Unesco. Actualmente ya no se habla del tema, creo que habría que volverlo a poner en la agenda de los organismos internacionales.
Volviendo a los viajes y la emigración, durante muchos años se ha mantenido vigente en los Estados Unidos la Ley de Ajuste Cubano, pero ahora que los nacionales de Cuba pueden viajar libremente, ¿cuál piensas que podría ser la posible reacción de la administración norteamericana?
-Es una pregunta interesante porque el tema migratorio entre Cuba y Estados Unidos se ha manipulado mucho. A veces leemos que personas que salen de sus países en situación desesperada, como los de la reciente tragedia de Lampedusa, estaban emigrando, al igual que los que salen de México, o de la misma España, buscando trabajo y mejoría económica en otros países de Europa o en América Latina. Sin embargo, los que salen de Cuba huyen, según las definiciones en el “mainstream” de la gran prensa internacional. Lo digo porque la Ley de Ajuste Cubano es parte del andamiaje que se armó en 1966 para convertir la emigración en un arma de propaganda contra Cuba, y ahora ha devenido un monstruo de Frankenstein.
¿Quieres decir que, como el monstruo, se ha vuelto en contra de su creador?
-Precisamente, porque el núcleo duro de Miami bloquea con su fuerza económica y política cualquier intento de cambiar la actitud del gobierno estadounidense hacia Cuba. Inclusive, algunos congresistas ya habían propuesto derogar esa ley, que como se sabe concede la residencia a cualquier cubano que ponga pie en el territorio de Estados Unidos, privilegio único en el mundo que no tiene ninguna otra nacionalidad.
Hoy, la mayoría de los cubanos que emigran lo hacen por motivaciones económicas, pero ahora resulta que los congresistas cubano-americanos han propuesto recortar ese privilegio, o inclusive eliminar la ley, porque al convertirse en ciudadanos ya serían electores, interesados en visitar a sus familiares en Cuba y tal vez no le den su voto a esa maquinaria de ultraderecha. Por eso están proponiendo que quien regrese a Cuba no tenga derecho a la ciudadanía, no quieren perder esa maquinaria que tienen montada en Miami.
En cuanto a la administración estadounidense, ha reaccionado inicialmente con una medida de relaciones públicas, la posibilidad de dar selectivamente a algunos cubanos visa múltiple durante cinco años. La contradicción para derogar la ley reside en que después de tantos años alentando la emigración ilegal, ahora que el gobierno cubano permite que todo el mundo salga, en lugar de abrir más la puerta, entrecerrarla.
Durante mucho tiempo, a pesar de la prohibición de viajar a Cuba, han llegado a la isla miles de turistas norteamericanos todos los años. Ahora que se están produciendo cambios en Cuba, ¿Qué puede ocurrir, seguirá el gobierno estadounidense tratando de evitar que vayan sus ciudadanos a hacer turismo en Cuba?
-Que los estadounidenses han seguido viajando a Cuba, a pesar de las prohibiciones, es cierto, aunque hay multas diversas, peligro de cárcel y otras amenazas. Creo que en ese sentido Estados Unidos está nadando contra la corriente, pero no puede ignorarse que no es fácil para un norteamericano viajar a Cuba, cuando estando tan cerca tiene que llegar a través de un tercer país. No creo que cambie esa política, al igual que no cambia la del bloqueo.
El presidente Barak Obama, contrario a lo que muchos esperaban, ha recrudecido las sanciones, las multas a empresas internacionales por violar lo que ellos llaman embargo, y no ha cumplido realmente con su compromiso en la cumbre de jefes de estado de América en Trinidad-Tobago, de encaminar en nuevo rumbo las relaciones con Cuba. Los sectores que apoyan el bloqueo saben que si se levanta la prohibición de viajar a Cuba, eso será la piedra de toque para comenzar su derribo. Dicen que las prohibiciones generan curiosidades, y Cuba es la manzana prohibida para los ciudadanos de Estados Unidos.
* Iroel Sánchez Espinosa, pertenece al Comité Internacional del Encuentro Mundial de Blogueros y a la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), ha sido presidente del Instituto Cubano del Libro, director de la Casa Editora Abril y fundador de la revista cultural “La Jiribilla”, y ha colaborado con publicaciones como Temas y Casa de las Américas. Coordina la Enciclopedia Colaborativa Cubana EcuRed.