México: El turismo mundial encara la peor caída de la historia moderna
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México. Afectado por fenómenos como el terrorismo y los eventos climáticos, el sector turístico encara ahora la recesión mundial, el desplome de -6% anunciado por la OMT, la pandemia de Influenza y las crisis recurrentes de las aerolíneas, un escenario nada halagüeño si se toma en cuenta que esta actividad genera más del 9.4% de la riqueza mundial.
Estamos ante la configuración de un nuevo entorno del sector que ya venía tomando forma desde los ataques terroristas a las Torres Gemelas de Nueva York, en septiembre de 2001.
Durante la segunda mitad del siglo pasado, el movimiento turístico internacional tuvo resultados negativos sólo en 1981 y la caída fue inferior a 1%. En contraparte, la década trágica que aún vivimos registró descensos en los flujos de viajeros en 2001, con los ataques de septiembre (caída menor a 1%), y en 2003, con la epidemia del SARS (caída de 1.5%).
Según las estimaciones de la Organización Mundial del Turismo (OMT) este año la caída será la peor de la historia moderna, y podría ser de hasta -6%.
Esto prende los focos rojos si se toma en cuenta que las estimaciones del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (organismo que agrupa a las más importantes corporaciones turísticas privadas del mundo) apuntan que esta actividad es responsable de la generación de más de 9.4% de la riqueza mundial.
A pesar de todo, el turismo tiene una fortaleza estructural que le ha permitido remontar las diversas crisis a las que se ha enfrentado. Y la esperanza del sector se sitúa en 2010, año que se ha definido como el de recuperación.
Hasta ahora, la OMT mantiene su pronóstico de largo plazo que consiste en mantener un crecimiento turístico sostenido de 4.1% hacia el año 2020. En esa fecha, el sector alcanzaría 1.560 millones de llegadas de turistas internacionales (este año apenas se alcanzarán 860 millones).
Seguridad y condiciones económicas
Una exigencia de los viajeros hoy en día es la seguridad. Es poco probable que alguien viaje a lugares donde su integridad física corra peligro. Sin embargo, no necesariamente puede pensarse que la seguridad es una fuente de motivación para la toma de decisión de viajes.
Esto explicaría por qué, a pesar de la inseguridad que se vive en México, el ingreso de divisas al país ha crecido a una tasa media anual de poco más de 5% desde el año 2000. Este crecimiento es un poco mayor al que han tenido los viajes internacionales en el mismo periodo.
También explicaría el crecimiento sostenido de los viajes en un entorno en el que los ataques terroristas en intereses turísticos son frecuentes.
Una de las cosas que se han aprendido en las diferentes crisis turísticas de los últimos años es que ya nadie se quiere quedar sin vacaciones. Si bien es cierto que en ciertas ocasiones los viajes se posponen o se cancelan, la mayoría de las veces surge un efecto cascada o efecto dominó, es decir, se sustituye la primera opción de viaje por una alternativa.
En el caso del turismo local, los viajes al extranjero se suelen sustituir por los viajes a destinos de playa de corte internacional. Si una playa exclusiva no es posible, se busca entonces una playa tradicional. Y si ésta tampoco se logra, el destino puede ser una ciudad de provincia o un destino de descanso cerca del punto de origen.
Puede ser que no se cambie el destino, sino que el ajuste se haga en la duración del viaje, en la categoría del hospedaje o, en el caso de un grupo familiar, en el número de habitaciones ocupadas. A pesar de todo, sigue existiendo un grupo de viajeros que no ha visto afectada su economía y que se encuentra de plácemes, ya que puede aprovechar un mercado que le ofrece inmejorables condiciones para sus viajes.
Comercialización online
El turismo es un producto ideal para ser comercializado en Internet. De acuerdo con las cifras del National Travel Monitor, no es una sorpresa que a la hora de planear un viaje de placer, las dos terceras partes de los viajeros estadounidenses (principal mercado de México) recurran a Internet y hasta 56% de ellos haga reservaciones por esta vía.
El mercado doméstico, que representa más de 80% del consumo turístico total, no es ajeno a este fenómeno. Cifras a 2008 de la Asociación Mexicana de Internet muestran que 72% de las transacciones que se realizan en el país vía comercio electrónico son compras de servicios turísticos. Estas operaciones equivalen a 1.150 millones de dólares, y la mayoría son boletos aéreos.
En la nueva normalidad del turismo, desconocer esta vía o escatimar las ofertas al usuario a través de este recurso es poco menos que un suicidio.
El desarrollo de las tecnologías de la información ha propiciado que el turista adquiera poder, mismo que se encuentra al alcance de un clic.
Ejemplos de los instrumentos con que hoy cuenta el viajero son los metabuscadores. Estos sitios de Internet tienen la capacidad de buscar diversas opciones para un viaje requerido, pero lo más importante es que pueden comparar tarifas y hasta analizar la evolución de las mismas para determinar el mejor momento para comprar.
Los precios que se obtienen por esta vía (e incluso por el de las agencias de viajes virtuales) pueden ser mejores que los que ofrecen los proveedores de servicios.
Competencia
Una buena muestra de la creciente competencia a nivel global es que en 1950 sólo 15 países recibían 97% del flujo mundial de turistas. En 2008, sin embargo, la participación de ese mismo grupo de países bajó a 56%. Dicho en otras palabras, el resto de los países aumentó su participación casi 15 veces, al pasar de 3% del mercado a 44%.
Esta hiper-competencia obliga a la conformación de alianzas. Los objetos más recurrentes de esta estrategia son: la mercadotecnia de los destinos turísticos, los programas de formación de recursos humanos, las iniciativas para la conservación del medio ambiente y los que tienen que ver con la mejora en las condiciones de vida de las comunidades receptoras de turistas.