México: Y volvimos con los manatíes…esta vez en Isla Mujeres

México. Nos dejó tan fascinados nuestra primera experiencia con manatíes que decidimos vivirla de nuevo, esta vez en las instalaciones de Dolphin Discovery, en Isla Mujeres. Gracias al diligente apoyo de Erika Mitzunaga, de la Oficina de Visitantes y Convenciones de Cancún, todo fue organizado debidamente, y al día siguiente estábamos en el muelle donde nos encontramos con la dinámica gerente de relaciones públicas de ese complejo, Maricruz Alfaro de la Barrera.
Cruzamos en bote y conversando todo el tiempo con ella durante la corta distancia que separa a Cancún de “Isla”, como los locales llaman a Isla Mujeres. En esa breve travesía confirmé lo que es una buena relacionista pública, que hace las cosas con el corazón, porque en un ratico me hizo contarle toda mi vida como si fuéramos grandes amigas.
Llegamos y enseguida fuimos a conocer a Alejando Mata, el entrenador estrella, quien se encargó de ampliar aún más nuestros conocimientos sobre los manatíes. "Estas criaturas dóciles buscan entornos cálidos y seguros, gravitando en aguas poco profundas, zonas pantanosas y ríos costeros del Mar Caribe y el Golfo de México, la cuenca del Amazonas y el África occidental”.
Dolphin Discovery, en Puerto Aventuras, ha tenido el placer de recibir al primer manatí nacido en cautiverio en el estado de Quintana Roo, México. En 2008, como parte de la XXXVI Convención Anual de la Internacional de Entrenadores de animales marinos (IMATA), Dolphin Discovery también rompió viejos mitos sobre el comportamiento del manatí, demostrando que su aprendizaje se logra mucho más rápido de lo que se conoce.
Dolphin Discovery comenzó su programa de entrenamiento con los manatíes en 2001, cuando recibió dos ejemplares (Trichechus manatus) en su planta de Puerto Aventuras (no en esta de Cancún que fuimos a conocer), sino en este, un exquisito complejo turístico-residencial ubicado en pleno corazón de la Riviera Maya.
Si bien por entonces ya se disponía de información sobre el cuidado general de los manatíes, se sabía muy poco acerca de su formación, de su posible entrenamiento. Su naturaleza lenta y no agresiva hizo que el cuerpo técnico creyera que los animales aprenderían mucho más lento que los delfines, y que cualquier aprendizaje se haría un poco más difícil: “nos dimos cuenta sin embargo de que los manatíes son más inteligentes de lo que parecen, y ajustamos nuestras técnicas de formación, con resultados medibles", siguió explicándonos Alejandro Mata (Bill estaba transportado a otra dimensión y solo tenía ojos para los manatíes).
Ya en el agua, y jugando con ellos, nos enteramos de que la llegada de los nuevos manatíes en el 2007 le dio al cuerpo técnico de DD la oportunidad de aplicar lo que aprendieron antes con los ejemplares más viejos, comparando el ritmo de aprendizaje de los originales y de estos. “Se comprobó entonces que no son nada lentos, y si muy inteligentes y aplicados. Los lentos resultaron ser los instructores!”
Yo pensaba mientras los acariciaba que debe ser una bendición de Dios poder trabajar con estos animales tan dulces y bien dispuestos. Esta natación interactiva con manatíes en DD no sirve sólo para entretener a los invitados, sino que busca crear conciencia sobre el respeto y la protección de esos bellos mamíferos marinos. ¡Cómo me divertí sintiendo sus grandes bocas succionando mis manos para engullir las lechugas!
Otras curiosidades…
Según nos contaron nuestros amigos de Dolphin Discovery, en estos meses de frío los manatíes a menudo se congregan cerca de las plantas de energía, disfrutando del agua caliente. Su migración es natural por los cambios estacionales. Pero el mar ahora está mucho más ocupado, y es especialmente frío en algunas costas… y ambos factores están matando a los manatíes.
Aunque existen varios organismos en México abocados a buscar formas para calentar el agua en las escasas zonas donde todavía se encuentran manatíes, se sabe que ya han desaparecido más de 100 en las costas de Florida en este invierno, porque no puede sobrevivir en aguas de menos de 60 grados Fahrenheit.
Estos animales pueden moverse con facilidad en aguas salobres, pero requieren además de tomar agua dulce para una osmo-regulación adecuada. Cada veinte minutos tienen que salir a la superficie para respirar un poco. Entre sus depredadores destacan los tiburones, los caimanes, los cocodrilos, las orcas y el hombre, por supuesto.
Los hombres a veces los agredimos concientemente, y en otras inconcientemente, pues las embarcaciones con sus motores fuera de borda tienden a causarles heridas y laceraciones que muchas veces los llevan a la muerte. Tal es así, que algunos manatíes llegan a ser reconocidos por la cantidad de cicatrices en sus espaldas. Las redes de pesca también representan un gran riesgo para ellos, y la ingestión de materia no orgánica, como bolsas o botellas plásticas los asfixia.
“Lo que pasa con los botes es que ellos escuchan las frecuencias más altas, pero la mayoría de los grandes barcos emiten frecuencias más bajas, y de alguna manera ellos sienten una atracción fatal por ese tipo de embarcaciones. Sin embargo, cuando escuchan las frecuencias elevadas inmediatamente apuntan la cabeza en otra dirección. Pero van directo a las hélices de las embarcaciones”, nos explica uno de sus entrenadores.
Desde tiempos inmemoriales se ha comido por estos lares la carne de manatí, y los indígenas usaban sus pieles para fabricar canoas, zapatos y escudos. Sus huesos también se utilizaban para pociones especiales. Nos parece que ahora que están en tal peligro de extinción es una crueldad sin nombre pescarlos para comérselos.
Después de la interacción Bill quedó pensativo, y dijo que quizás los manatíes deberían ser un modelo a seguir para nosotros. Pasivos, gentiles y afectuosos, han podido sobrevivir por siglos y siglos…hasta ahora. “Es muy triste que estén desapareciendo, como también el desbalance entre la agresión y la pasividad que hay en el mundo actual”, concluyó mi compañero de estas travesías.




