Manuel Antonio Barrantes, Embajador de Costa Rica en Rusia
Con una población de 4,5 millones de habitantes y el 4,5% de la biodiversidad del planeta, Costa Rica recibe anualmente unos dos millones de turistas e ingresa unos 2.000 millones de dólares. Es líder en Centroamérica y ha hecho de la sostenibilidad y el cuidado de su naturaleza no sólo una regla inviolable del desarrollo, sino incluso un generador de riqueza económica. El país ha estado presente en al menos las últimas seis ediciones de MITT Moscú, como parte del trabajo para crecer en el mercado de Rusia.
Señor embajador, ¿cómo se está desenvolviendo el mercado turístico ruso hacia Costa Rica?
-El mercado ruso está reaccionando muy positivamente, en nuestra opinión, y crecen los números. Costa Rica tiene mucho que ofrecerles; no sólo playa y el sol, sino la cultura, el descanso, el turismo de aventura, la naturaleza y un nuevo nicho que cobra fuerza, el turismo de salud.
Hemos avanzando mucho, seguimos avanzando, hemos invertido y vamos a seguir invirtiendo en este mercado, además de continuar trabajando para resolver el tema de los visados, que es el punto que debemos corregir.
Costa Rica no tiene oficina de turismo en Rusia, todo este movimiento debe hacerse por tanto a través de la embajada… ¿Qué representa esto en términos de trabajo?
-Tenemos bastante trabajo, porque las visas, aunque no son consultadas, hay un formulario que llenar y hay que revisar documentos, incluidos documentos en ruso que además hay que traducir. Pero no todo es negativo, pues da la oportunidad de atender a la gente, de compartir, entregar brochures, conversar… Somos una embajada abierta, no tenemos ni siquiera guardias.
¿Cuánto tiempo tarda un ruso en conseguir la visa desde que la solicita?
-Si lleva todos los documentos consigo a la embajada, unos diez minutos. Debe pagar 32 dólares a su llegada a San José.
La política de comunicación de turística, ¿la hacen ustedes directamente desde la embajada o tienen algún personal especializado o contratado para ello?
-La hacemos nosotros, con los escasos recursos que tenemos. Cada vez que se celebra un evento como MITT sacamos el máximo de la oportunidad.