Rumbo a Abogacía 2013
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A partir de un enfoque multifacético del Derecho, la Organización Nacional de Bufetes Colectivos (ONBC), con el coauspicio de la Unión Nacional de Juristas de Cuba y la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, desarrollará el Congreso Internacional Abogacía 2013, del 19 al 21 de noviembre próximos en el Palacio de Convenciones de La Habana.
El tema central, al igual que en la edición anterior, será la gestión y solución de litigios jurídicos, y se desglosará en siete grandes ejes temáticos: Derechos civiles y su efectivo ejercicio legal; nuevas formas de criminalidad: retos para el ejercicio de la abogacía; litigio familiar, impactos y nuevos desafíos; el Derecho administrativo; abogacía, pensamiento jurídico y proyección ética y profesional; presente y futuro del derecho procesal del trabajo en Cuba, y litigios económicos, mercantiles y financieros.
Las jornadas del evento, que priorizarán el tratamiento de la representación procesal y la defensa técnica, incluirán conferencias magistrales de especialistas procedentes de diferentes países, ponencias, debates, actividades sociales, la observación de un juicio oral, un recorrido guiado por el Centro Histórico habanero y la visita a un centro penitenciario.
El doctor Ariel Mantecón, presidente de la Junta Directiva Nacional de la ONBC y del Comité Organizador del Congreso, comentó en entrevista para Caribbean News Digital que en la primera edición, efectuada el año pasado, alcanzaron excelentes resultados, pues vinieron abogados y juristas de 17 países de Europa, América y África y la cifra de participantes rondó las 400 personas.
“Por eso -explica el directivo- nos decidimos a establecer una frecuencia anual. Y es un reto, porque en general las instituciones hacen sus eventos cada dos años, pero como este congreso abrió nuevas perspectivas para los abogados, hay contenido y mucho interés, tanto en Cuba como en el extranjero, de mantener un intercambio más sistemático.
“Y este año nosotros notamos mayor comunicación con profesionales del Derecho de casi todos los continentes. Ya hay un índice de confirmación que es favorable para esta fecha, aunque avizoramos que en dos meses ese movimiento sea más fuerte”.
¿Cuáles son precisamente las expectativas de participación que tienen?
-La expectativa interna que tenemos es llegar a 150 extranjeros de más de 20 países, en especial de España, Canadá, Latinoamérica –de México sobre todo- y África. Por ejemplo, de Angola debe venir una delegación bastante fuerte. El fiscal general angolano ya anunció que viene, al igual que el presidente de la Federación Interamericana de Colegios de Abogados, y algunos directivos de asociaciones internacionales.
Este año, el bloque de comunicación ha sido mucho más fuerte que en el anterior y eso significa una mayor participación extranjera. Pero no nos quedamos solo en eso. La imagen que promovemos nosotros es que este es un evento que tiene el elemento extranjero como aditivo, porque la esencia es que vengan los cubanos. El movimiento más fuerte es el de los cubanos, con la característica de que la participación nuestra se concreta competitivamente.
Aprovechando la plataforma nacional que tiene la organización, que está en todas las provincias del país y en casi todos los municipios, realizamos una serie de eventos provinciales donde concursaron diversas ponencias, y una comisión técnica realiza una selección de las mejores. Pero el congreso, al igual que el año pasado, también va a tener matiz competitivo, que es algo muy novedoso porque en el sector jurídico no hay criterio de competitividad en los eventos internacionales, sino que son meramente expositivos. Aunque los extranjeros que vienen no compiten.
“Por otra parte, nosotros damos la posibilidad de que vengan profesores y grupos de estudiantes. A los estudiantes que quieran traer una experiencia y compartirla, nosotros les brindamos un espacio allí. Y si en el futuro acudiera un número suficiente de ellos se puede incluso crear una sección específica para ese sector.
¿Qué distinguirá a esta segunda edición del Congreso?
-Lo que queremos poner de diferente al resto de los eventos internacionales del sector jurídico es la esencia del litigio, porque el abogado generalmente vive para eso, para mediar entre los ciudadanos cuando están en conflicto, aunque no se agote en el litigio su trabajo.
Y los distintos bloques temáticos corresponden a la materialización del Derecho de la norma jurídica, aproximada a la situación de conflictos. No es la norma estática, la norma que está escrita, sino la norma que hay que aplicar cuando hay un conflicto en la parte judicial, un litigio. Todos los elementos del temario van dirigidos a lograr ese posicionamiento en el congreso, a escala nacional e internacional.
Nos parece que este es el único evento que se promociona en el país con esa característica. Aunque claro que el temario es lo suficientemente abierto como para que no se agote en abogados la participación. Por eso vienen profesores universitarios, fiscales, jueces, psiquiatras…
Además, este año los cursos pre congreso van a tener dos variantes. El año pasado tuvieron una sola, pero por la acogida que hubo quisimos abrir un poco el diapasón. Por un lado, mantendremos la línea del tráfico internacional en lo económico y lo mercantil, visto por abogados muy experimentados de aquí que se dedican a esa materia, que es algo muy llamativo para profesionales de otros países y para los cubanos que se desempeñan en la economía emergente. Y, por otro lado, adicionamos una variante que puede ser más interna, más hacia el derecho penal, porque se trata de los sistemas de peritaje, el informático, el de tránsito y el psiquiátrico.
Otra información importante es que nosotros editamos varios libros con las colaboraciones y una serie de ponencias presentadas en el evento, nacionales y extranjeras, que distribuimos en esos días. El año pasado fueron cuatro tomos. Y es muy difícil lograr eso, pero le da mucho realce, porque las personas vienen a veces buscando enriquecer su currículo, y esto ofrece la posibilidad de tener un trabajo publicado”.
En cuanto a las actividades colaterales, para este año programamos la visita a un establecimiento penitenciario, para que los extranjeros vean por dentro cómo es la experiencia de Cuba, y la asistencia a un juicio oral, a quienes lo soliciten.
¿Por qué a un juicio oral? Porque Cuba tiene una experiencia de más de un siglo en la mecánica del juicio oral en el proceso penal, que no es así en el resto de Latinoamérica. Pero como fuimos el último país que se independizó de España, los españoles aplicaron aquí a finales del siglo XIX un grupo de leyes más modernas, que los demás países no recibieron. Y dentro de esas leyes, se introdujo el juicio oral, que no es más que el debate de la situación jurídica penal en un ambiente de oralidad, y no escrito como era antes.
Esas son las dos actividades colaterales fundamentales que tenemos.
¿Qué podría aportar a los profesionales de otro país este evento aquí en Cuba?
-Nosotros participamos de un modelo social y político que es propio de Cuba. Sin embargo, el tronco y la raíz del sistema de Derecho tienen muchísimos puntos comunes. Más allá de las diferencias de conceptos ideológicos, o en la gestión del modelo social, hay una subtrama muy grande de puntos que tipifican la profesión de la abogacía en cualquier lugar del mundo, incluyendo a los norteamericanos, que estamos haciendo un esfuerzo divulgativo para ver si se incorporan más abogados provenientes de los Estados Unidos, porque la ley del bloqueo afecta su asistencia.
Pero el sistema americano anglosajón no tiene nada que ver con el modelo continental, que es el de nosotros. El Derecho en Cuba viene de Roma, Francia –con el código de Napoleón-, y España, que lo trajo a la isla y lo implantó al final del siglo XIX. Hay leyes españolas que están vigentes todavía hoy, como el código de comercio y la ley hipotecaria, porque no se han podido derogar. Entonces hay un tronco común en toda esa escala geográfica, que unifica todo lo que es Europa continental con América Latina, y un modelo distinto que es el anglosajón, que viene de Inglaterra y Estados Unidos.
Aunque, incluso esos juristas de otros países que viven una dimensión distinta en el Derecho, encuentran aquí también puntos de conexión, de discusión, porque la profesión del abogado sí es única desde que la inventaron los romanos. El abogado es un intermediario técnico en la conflictividad humana. Desde el imperio romano ya estaba la figura del abogado. Y eso es igual para todos los países del mundo. Cuando una persona acude con un problema a ver a un abogado, el abogado tiene que hacer una función calificadora inicial para tecnificar el conflicto y reintroducirlo en una maquinaria técnica. Esa es la función del abogado en cualquier lugar del mundo.
Por tanto, hay muchos elementos, muchos más de los que se cree. A veces se sorprende la gente cuando oye hablar a un conferenciante italiano o de otro país, y descubre que a nosotros nos pasa casi igual. Las vivencias que tienen los abogados en el ejercicio de la profesión son muy comunes, en todos los lugares. Y eso es lo que da provecho para que se pueda expandir el congreso hacia lo internacional, que es una arista importante.
Y el certificado que ustedes entregan, ¿tiene validez internacional?
-Tiene la validez de un congreso internacional realizado en Cuba, hasta el alcance que pueda tener eso. Otorgamos un certificado y eso lo decimos en la convocatoria.
Es un evento, además, que quiere potenciar el diálogo, la interacción, o sea, que no sea estático, que las personas no solo vengan y expongan sino que también se fomente el debate y el intercambio de opiniones, porque así como mismo hay muchos elementos comunes, hay prácticas regionales de cada país que se pueden someter a cuestionamientos, a discusión. Por eso es un evento muy movido, porque el abogado dentro del sector jurídico tiene una propensión a debatir mucho y tiene un entrenamiento para discrepar. Entonces se vuelve un evento bastante vivo, de mucha discusión. No es como otros eventos donde pasan los expositores y no hay debate. No, este es fuerte.
Desde la metodología se propicia entonces el debate.
-Efectivamente. Esa es la intención y generalmente da resultado. Al abogado no hay que motivarlo mucho para que debata, pero eso es lo que queremos, el perfeccionamiento, el debate, la aportación de ideas, que puedan al final contribuir a enriquecer la experiencia profesional de quienes están en el congreso.
A pesar de que el Congreso Internacional Abogacía es todavía un evento bastante joven, a nivel nacional, cómo organización, ¿qué impacto consideran que ha tenido?
-Es muy importante que los eventos no se realicen por realizarse y que tengan un impacto en la vida institucional. Un evento no va a resolver la problemática de la calidad del servicio, que es la principal prioridad que tenemos nosotros, pero sí funciona como una motivación para que los profesionales del derecho que ejercen la abogacía se preparen mejor.
Para nosotros, un valor agregado del servicio que diariamente prestamos a la población es la preparación técnica del abogado. Aquí no hay materias primas ni otra cosa que no sea el intelecto de una persona, que será superior en la medida en que esté mejor preparado. Y esta es una de las vías que tiene la organización para que la gente se entusiasme, escriba y se interese por participar en el evento.
¿Qué implica eso en la materialidad de la vida institucional de nosotros? Que la persona seleccione una materia, la estudie, la profundice y luego la socialice con los demás que están allí. En realidad, quienes vienen salen muy fortalecidos, tanto por participar como por el movimiento que se genera de cara al congreso próximo, de personas tratando de superarse y expresar lo que aprendieron en una ponencia.
Además, todo lo que se pueda hacer aquí contribuye a la preparación de los abogados para aportar al proceso de actualización del modelo económico en Cuba. En este sentido, lo jurídico es importantísimo, porque no se puede actualizar el modelo económico sin actualizar lo jurídico. Y la manera en que los abogados pueden contribuir es preparándose y ganando más experiencia. ¿Qué mejor que escuchar cómo funcionan los sistemas de otros lugares del mundo? Porque se aprende cuando vienen los españoles, los canadienses, los latinoamericanos, y muestran otras realidades, que aunque tienen diferencias conceptuales, hay instituciones que son regulares, y uno puede mejorar las propias en la medida en que conozca mejor otros patrones.