Senado de Estados Unidos debatió seguridad y aporte económico de la industria de cruceros

05 de Marzo de 2012 12:01am
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Senado de Estados Unidos debatió seguridad y aporte económico de la industria de cruceros

Una reciente audiencia en el Comité de Comercio, Ciencia y Transporte del Senado estadounidense, originalmente centrada en la seguridad de la industria de cruceros, se extendió a temas como el impacto medioambiental y el aporte económico del sector en términos de impuestos.

Durante la sesión, convocada a raíz del naufragio del Costa Concordia en enero pasado, el presidente del Comité, John J. Rockefeller, interrogó a Christine Duffy, presidenta y CEO de la Cruise Lines International Association, acerca del récord medioambiental de la industria.

Más allá del límite de las tres millas costeras, los barcos simplemente arrojan sus aguas residuales, afirmó Rockefeller, quien también cuestionó por qué las compañías de cruceros no pagan impuestos sobre la renta corporativos, aunque emplean recursos y servicios de los puertos estadounidenses y de más de 20 agencias federales.

Seguridad

Al introducir el tema de la seguridad de la industria, Rockefeller destacó que el naufragio del Costa Concordia demuestra que ningún medio de transporte es totalmente seguro. “Testimonios de algunos de los sobrevivientes no inspiraron confianza en que la industria sea capaz de responder adecuadamente a un accidente”.

William Doherty, director de relaciones marítimas de Nexus Consulting Group, afirmó que los incidentes en el sector en lo que va de 2012 (el naufragio del Concordia y sus 32 muertes, otras dos muertes en otros barcos, el Allegra a la deriva en el Océano Índico y toneladas de drogas confiscadas en barcos de cruceros) hacen pensar que otros eventos hayan tenido lugar y no hayan sido reportados, o al menos no en su totalidad.

Sugirió, además, que hay conflictos de intereses en una industria de la que se espera se controle a sí misma o lo haga por vía de estados que encargan la tarea a compañías privadas.

Duffy, que cumplió su primer año al frente de la CLIA, destacó el proceso de revisión de políticas de seguridad iniciado tras el incidente del Concordia, así como la iniciativa de establecer charlas y demostraciones de seguridad justo antes de zarpar las embarcaciones, además de las actuales inspecciones sobre recursos humanos y la continua inversión en nuevas tecnologías.

Medio ambiente

El presidente del Comité afirmó que los barcos arrojan sus residuos en alta mar y que “islas” de desechos generados por los buques de cruceros flotan en los océanos del mundo. “Por ley pueden arrojar cualquier cosa luego de las tres millas costeras, y lo hacen”, dijo.

“No podemos dejar que nuestros mares sigan llenándose de basura y desechos”, señaló, y subrayó que “es tiempo de que la industria pague su cuota. Sin los recursos de muchos gobiernos, la industria probablemente no sobreviviría. Necesita hacer más para proteger el medio ambiente”.

Aunque oradores como el director de PortMiami, Bill Johnson, defendieron el compromiso de las navieras con el entorno, Rockefeller declaró: “Respeto vuestro éxito, pero el hecho de que lo hayan alcanzado implica que tienen una mayor obligación de reembolsar al gobierno federal por sus servicios”.

Impuestos

El tema del aporte económico y los impuestos fue uno de los que mayor debate generó entre Rockefeller y otros congresistas y quienes se expresaron del lado de las compañías de cruceros, incluidos Duffy, Johnson y legisladores de estados muy relacionados con la industria, como los de Florida.

Rockefeller insistió en que la industria de cruceros no paga su cuota por los servicios federales que recibe. “Cuando algo sucede con un barco de cruceros, es la Guardia Costera, corta de recursos, la que acude al rescate. Es inconcebible que la industria no pague su parte”, dijo.

En respuesta, varios miembros del Comité y asistentes a la sesión recordaron que la industria de cruceros tuvo en 2010 un impacto de 37,8 mil millones de dólares y casi 330 mil empleos en la economía estadounidense.

El dato fue destacado por la presidenta de la CLIA y los senadores floridanos marco Rubio (republicano) y Bill Nelson (demócrata). Estos dos últimos subrayaron el impacto de la industria en cinco puertos del  sureño estado: Miami, Everglades, Tampa, Canaveral y Jacksonville.

Bill Johnson, director de PortMiami, destacó los miles de millones de dólares de provisiones que adquieren las líneas de cruceros, los beneficios a compañías locales y los trabajos bien remunerados en instalaciones portuarias. Además, refirió que la industria de cruceros es la que más contribuye a las estancias hoteleras en Miami y es fuente clave de negocios también para el aeropuerto local.

Las navieras pagan entre 40 y 50 millones al año por servicios en sus instalaciones, recordó, y destacó el beneficio de que Carnival Corp., Royal Caribbean Cruises Ltd., Norwegian Cruise Line y Prestige Cruise Holding estén basadas en Miami.

Rockefeller cuestionó a Duffy sobre por qué Carnival no paga impuesto corporativo sobre los miles de millones de dólares que reporta en ingresos, a lo que la directiva respondió que “todos nuestros miembros pagan impuestos en este país e internacionalmente, con base en la ley”.

La directiva de la CLIA afirmó que las líneas de cruceros “pagan lo que es apropiado a los negocios que desarrollamos, incluidos más de cien tipos diferentes de impuestos, a lo que se añaden los beneficios no sólo para los puertos sino para los 16 mil agentes de viajes miembros de la organización en todo Estados Unidos”.

Para Rockefeller, “con Carnival registrada en Panamá y Royal Caribbean en Liberia, quizá deberían ustedes mudarse a uno de esos países y dejar de tener los beneficios de los servicios que reciben en este país”.

El demócrata Mark Begich dijo que las líneas de cruceros pagan millones de dólares en impuestos locales sobre ventas, tasas de atraque y por otros conceptos en su estado, Alaska. “Los impuestos sobre ingresos son un asunto aparte”, dijo, y agregó que “muchas industrias necesitan ser reajustadas”.

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