Tasa europea sobre emisiones de CO2 postergada por un año
En medio de un fuerte debate y la oposición de aerolíneas y gobiernos de todo el mundo, la Comisión Europea propuso el lunes postergar por un año la aplicación de la tasa europea sobre las emisiones de CO2 en vuelos intercontinentales desde y hacia un país de la Unión Europea, buscando, según dijo una alta responsable, tiempo para un acuerdo internacional.
Connie Hedegaard, comisaria europea para el cambio climático, declaró que propuso suspenderla “ya que hay señales de que podemos alcanzar un acuerdo a nivel internacional”, precisando que la suspensión sería hasta la próxima asamblea general de la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI), en el otoño de 2013.
Sin embargo, acotó que “si no se llega a un acuerdo en esa fecha, retrocederemos al punto dónde estábamos. No habrá una nueva propuesta”.
La medida cubrirá los vuelos intercontinentales que operan en la Unión Europea (UE), salvo los internos europeos.
El marco de derechos de emisión (ETS, por su sigla en inglés) de la UE fue lanzado en 2005 como uno de los pilares de la política europea contra el cambio climático. Según el programa de aplicación, desde el 1 de enero próximo todas las aerolíneas usando aeropuertos de los países del grupo quedarían incluidas en el esquema.
El régimen de comercio de derechos de emisiones obliga a las compañías que operan en la Unión Europea, independientemente de su nacionalidad, a pagar una tasa por sus emisiones de CO2, y se contempla incluso prohibir volar a las empresas que incumplan la normativa europea, calificada de impuesto comercial unilateral disfrazado por países como India y China.
La tasa obliga a las compañías que vuelan en territorio del bloque europeo a pagar el equivalente del 15% de sus emisiones de CO2, unos 32 millones de toneladas. Según cálculos de Bruselas, la medida obligará a las compañías a agregar entre 4 y 24 euros al precio de los vuelos de largo recorrido.
Las empresas que se nieguen a pagar el impuesto podrían ser multadas o incluso perder el derecho a aterrizar en aeropuertos de los 27 países de la UE.