Amazon vs. Perplexity: el juicio que podría redefinir el futuro del turismo digital
La industria de viajes observa de cerca un enfrentamiento legal que podría redefinir la manera en que se realiza el comercio digital. Amazon ha demandado a Perplexity en un caso histórico que determinará si los agentes de inteligencia artificial (IA) tienen derecho legal a actuar como compradores proxy en nombre de los usuarios. Se trata de la primera gran batalla del “comercio agente”, un escenario donde las IA podrían realizar compras de forma autónoma para las personas.
Para el sector turístico, esta decisión representa un punto de inflexión. La pregunta central es si seguirán dominando los intermediarios tradicionales y los proveedores, o si nos dirigimos a un Wild West digital impulsado por agentes autónomos.
Si la corte falla a favor de Amazon, se confirmará que los e-retailers son dueños de sus datos y que los bots de IA no pueden acceder, comparar ni reservar sin permiso. Esto preserva el ecosistema actual de Internet. En este escenario, los metabuscadores como Skyscanner y Kayak podrían bloquear legalmente los bots, protegiendo sus datos, aunque deberán ofrecer experiencias personalizadas para mantener la lealtad del cliente.
Las OTAs conservarían el control sobre la relación con el cliente, pudiendo crear programas certificados para los agentes de IA con acceso a inventario en tiempo real bajo condiciones estrictas. Los proveedores turísticos, como aerolíneas y hoteles, podrían invertir en sus canales directos y aprovechar los agentes de IA como fuerza de ventas automatizada, optimizando comisiones y gestionando inventario en tiempo real.
Si, por el contrario, Perplexity gana, los agentes de IA podrían actuar como representantes digitales del consumidor, comparando y reservando sin permiso explícito de los sitios web, abriendo un mercado libre y autónomo para los agentes digitales. Los metabuscadores tendrían que transformarse en capas de agregación de alta velocidad que los agentes de IA no puedan reemplazar, pasando de interfaz de consumidor a herramienta B2B crítica.
Las OTAs correrían el riesgo de convertirse en simples “tuberías”, mientras los agentes de IA tomarían el control de la relación con el cliente, obligando a las OTAs a evolucionar hacia socios experienciales con lealtad profunda. Los proveedores turísticos tendrían que optimizar su infraestructura para humanos y agentes digitales, asegurando que los datos estén estructurados y accesibles en formatos compatibles con IA, como JSON, para ofrecer resultados instantáneos y personalizados.
La demanda entre Amazon y Perplexity coloca en la balanza dos futuros divergentes para el e-commerce y la venta de viajes. Sin embargo, no se trata de un juego de suma cero: la victoria de los agentes autónomos podría diversificar el panorama de distribución, integrando canales existentes, nuevas plataformas transaccionales y mini-aplicaciones dentro de chatbots de IA.
En este futuro fragmentado, la única certeza es que la tolerancia a la fricción desaparece, y todos los actores del turismo deberán elevar drásticamente la experiencia del usuario para mantenerse relevantes frente a la ola de inteligencia artificial.




