La IA ya supera a las OTAs y las redes sociales a la hora de buscar viajes
Un nuevo informe de Accenture revela que la inteligencia artificial generativa (gen AI) ha superado a las redes sociales y a las agencias de viajes en línea (OTAs) como principal canal de descubrimiento de viajes, especialmente entre los usuarios activos que utilizan estas herramientas al menos una vez por semana. Esta tendencia confirma el papel creciente de la tecnología en la manera en que los consumidores planifican sus experiencias turísticas.
El estudio, realizado entre 18.000 consumidores en 14 países, señala que el 80 % de los viajeros ya utiliza herramientas de gen AI para planear viajes en sectores como aerolíneas, hoteles y plataformas de turismo. Además, más de la mitad está dispuesta a confiar en agentes de IA que planifiquen y reserven todo el itinerario, y un sorprendente 93 % confía en esta tecnología para tomar decisiones de compra.
Esta evolución tecnológica llega en un momento crucial. El informe recuerda que el año pasado, el proceso de reservar un hotel era considerado más difícil que comprar un auto, y elegir un vuelo, tan complejo como adquirir una hipoteca. El exceso de información y opciones provocaba que un 73 % de los consumidores abandonara la reserva por completo.
La IA generativa y la IA agente están resolviendo este problema al ofrecer recomendaciones personalizadas basadas en las preferencias, el historial de viajes, el estatus en programas de fidelidad y datos en tiempo real sobre eventos y atracciones. “La IA puede devolver el placer a un proceso que antes resultaba agotador”, asegura Emily Weiss, directora global de viajes de Accenture, quien también comparó su funcionamiento con el de un conserje de viajes personalizado.
Pero ¿qué lugar ocupan los asesores humanos en este nuevo panorama? Tara Minson, presidenta de InteleTravel, afirma que la IA no reemplazará a los agentes de viajes. Según explica, aunque los viajeros pueden generar itinerarios con IA, esta nunca comprenderá realmente lo que significa para un cliente el concepto de “lujo” o las preferencias más sutiles como el servicio de mayordomo o una carta de almohadas. “La IA no puede conocer al cliente como lo hace un asesor”, puntualiza.
La conclusión es clara: la IA será una aliada clave para los asesores que la incorporen a su trabajo, pero no una amenaza que los reemplace. “Un agente de viajes no será sustituido por la IA, sino por otro agente que sí sepa usarla”, concluye Minson.




