Aragón, turismo verde y sin prisas
por Gabriela Sánchez
Al noreste de España, la comunidad de Aragón invita a conocer la nación en su estado más puro. “El mar que le falta” lo gana con lo valioso de sus paisajes verdes, gastronomía y patrimonio condensado en sus más de 47 km². Alrededor de sus tres provincias: Zaragoza, Huesca y Teruel, compone un destino integral que invita no a visitar sino a vivirla,desde la monumental Zaragoza hasta los valles frescos del Pirineo o los pueblos medievales de Teruel.
Es, en palabras de Ignacio Rodríguez Ruiz, responsable de promoción turística del Gobierno de Aragón una tierra abierta y acogedora con el turismo, comprometido con la calidad y la sostenibilidad. Respecto a sus novedades dijo en exclusiva para Caribbean News Digital: “Hemos trabajado durante años para abastecer nuestra plataforma web con más de 500 propuestas de experiencias. Cada visitante encuentra algo único, ya sea aventura, relajación o cultura”.
Y es que Aragón sorprende con cifras: 15 pueblos entre los más bonitos de España, cuatro Patrimonios de la Humanidad, una red creciente de experiencias turísticas y cielos tan limpios que será uno de los mejores lugares de Europa para observar el eclipse solar del 12 de agosto de 2026.
Zaragoza, la ciudad de las cuatro culturas

Ninguna ciudad en el mundo ha mantenido lo que su capital, Zaragoza: ser la única con dos catedrales católicas: La Seo y El Pilar. Sus calles son el mejor testimonio del paso de cuatro culturas: la romana, que le dio origen bajo el imperio de César Augusto, musulmana, judía y cristiana.
En ese sentido, el Palacio de la Aljafería, con su arquitectura mudéjar y sus jardines interiores, representa en buena medida la huella islámica, al ser uno de los monumentos más importantes de Europa occidental fuera de Andalucía. Mientras, la Basílica del Pilar y la Catedral del Salvador (La Seo), ambas activas, las cuales ejemplifican el legado cristiano.
El arte tampoco falta en Zaragoza. La ciudad alberga museos como el Pablo Gargallo, dedicado a la escultura contemporánea, y el Museo Goya. Y si se quiere comer bien, la invitación es el tapeo por el Tubo, su conocido casco antiguo lleno de bares.
Todo ello la hace la puerta de entrada de Aragón y una ciudad que da vida a eventos culturales durante todo el año, aún más con su reciente nombramiento como Capital mundial de la garnacha, que ha derivado en un activo programa de congresos y festivales gastronómicos.

Pirineos y más allá
Pero si hay un lugar que impone respeto tanto como asombro por su belleza es el Pirineo aragonés, al norte de la región, en Huesca. Bosques, ibones, senderos, glaciares… y un clima ideal para huir del calor veraniego.
Para ello la visita ideal la ofrece el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el Parque Natural de los Valles Occidentales o el Parque Natural Posets-Maladeta. Cualquiera de ellas invita a actividades al aire libre: senderismo, escalada, rafting, etc.
En el plano urbano, su capital cuenta con la Catedral gótica y el claustro de San Pedro el Viejo, ambos declarados Bien de Interés Cultural. Mientras, su restauración, prestigiada con 7 estrellas Michelin, invita al paladar a conocer su historia a través de productos locales como el ternasco, los quesos de cabra o la chireta, un embutido típico elaborado con arroz, carne y especias.
Mientras, en el sur, Teruel enamora por sus leyendas pero también por su arquitectura medieval, como lo muestran municipios como Albarracín, Calaceite, Rubielos de Mora o Valderrobres. Sin contar, el gran potencial en turismo rural y patrimonial. Así, cualquier época es oportuna para descubrirla y, de hecho, redescubrirla cada vez que se recorra.




