Destinos emergentes: Túnez, el Santorini de África
En los últimos años, Túnez se ha consolidado como uno de los destinos más atractivos del Mediterráneo. El país ha experimentado un notable auge turístico, impulsado por una combinación de patrimonio cultural, playas de ensueño y una creciente oferta de turismo sostenible. Esta transformación no es casualidad, sino el resultado de una estrategia planificada y sostenida en el tiempo.
Uno de los principales factores que han contribuido al crecimiento del sector es la inversión en infraestructura hotelera y conectividad aérea. Túnez ha reforzado la presencia de cadenas internacionales, mejorado sus aeropuertos y ampliado la frecuencia de vuelos desde Europa y Medio Oriente, facilitando el acceso de millones de viajeros.
Además, el país ha apostado por diversificar su propuesta más allá del tradicional sol y playa. Las experiencias en el desierto del Sahara, el desarrollo del turismo de bienestar y la promoción de rutas de arqueología y cultura romana han permitido atraer a un público más variado y exigente. Ciudades como Túnez capital, Susa y Cartago se han convertido en referentes para quienes buscan un turismo cultural de primer nivel.

Los esfuerzos de las autoridades tunecinas en materia de seguridad y estabilidad política también han sido determinantes. Tras años de desafíos, el gobierno ha trabajado intensamente para garantizar un entorno confiable tanto para visitantes como para inversores, fortaleciendo así la imagen del país en los principales mercados emisores.
Otro elemento clave ha sido la promoción internacional a través de campañas de marketing turístico en ferias globales como FITUR, ITB Berlín y WTM Londres, donde Túnez se ha presentado como un destino competitivo, moderno y lleno de autenticidad. Estas acciones han potenciado la visibilidad de su marca país y generado alianzas estratégicas con operadores y agencias de viajes.
Finalmente, el enfoque en la sostenibilidad y la preservación del patrimonio natural ha añadido valor a su oferta. Desde proyectos de protección de áreas costeras hasta iniciativas de turismo comunitario en aldeas rurales, Túnez busca posicionarse como un modelo de desarrollo equilibrado en la región.
Gracias a esta combinación de factores, Túnez no sólo ha recuperado su lugar en el mapa turístico internacional, sino que se proyecta como uno de los destinos con mayor potencial de crecimiento en los próximos años.




