Destinos por descubrir: Angola se abre al turismo internacional
Tras décadas aislada por conflictos internos, Angola se perfila como uno de los destinos más prometedores del continente africano, gracias a su riqueza natural, cultural y paisajística aún inexplorada. Con una extensión dos veces mayor que Texas, el país ofrece parques nacionales vírgenes, playas desiertas, formaciones geológicas únicas y rutas históricas, todo ello alejado del turismo masivo.
A solo una hora al sur de Luanda, la capital, se encuentra el Miradouro da Lua, un paisaje lunar de acantilados esculpidos por el viento y el mar, donde los tonos rojizos y grises del suelo se funden con el azul del Atlántico. Más al sur, la playa de Cabo Ledo ha captado la atención de la comunidad surfista internacional por sus olas perfectas y ausencia de multitudes. Allí, surfistas locales como Feliesiano Muteca enseñan a los recién llegados mientras emprendedores de la zona construyen cabañas y pequeñas infraestructuras con vistas al mar.
En el interior, el Parque Nacional Quiçama ha resurgido tras décadas de guerra. Con tres millones de acres, es un espacio donde el turismo de safaris comienza a florecer, permitiendo encuentros cercanos con elefantes y jirafas sin los enjambres de vehículos que saturan otras reservas africanas. La restauración ecológica avanza de la mano de iniciativas comunitarias que buscan equilibrar conservación y desarrollo local.
Otro atractivo natural es el Parque Nacional de Iona, una vasta área transfronteriza que se extiende hasta Namibia, con paisajes que varían entre desiertos, ríos y dunas interminables. Aunque el turismo aquí requiere ser autosuficiente, en 2025 abrirá el primer campamento de tiendas para facilitar la visita a este entorno imponente y prácticamente intacto.
La historia también marca el viaje. En Pungo Andongo, las imponentes Pedras Negras no solo ofrecen vistas espectaculares, sino que guardan la memoria de la reina Nzinga, símbolo de resistencia contra el colonialismo portugués. Cerca de allí se encuentran las Cataratas de Kalandula, una de las mayores de África, cuyo estruendo y misticismo las convierten en un punto sagrado y visualmente sobrecogedor.
El renacer turístico de Angola incluye también experiencias gastronómicas y culturales. Antiguas plantaciones están siendo recuperadas para la producción de café y vino, mientras agencias como Roads & Kingdoms organizan recorridos culinarios guiados por chefs locales. Incluso Rovos Rail, el tren de lujo al estilo del Orient Express, ha incluido a Lobito en sus itinerarios desde Zambia o Tanzania.
Para los viajeros que buscan aventura auténtica, exclusividad y conexión profunda con la naturaleza, Angola ofrece algo único: la posibilidad de descubrir un país antes de que sea descubierto por el resto del mundo.