El Callao se reinventa como destino de turismo científico
Por Maria Carrasco Lloria
A veces la gracia del turismo está en ensuciarse de barro y descubrir el mundo con los ojos de un niño. En el marco de Perú Travel Mart 2025, la región de El Callao ha sorprendido con una propuesta turística que rompe estereotipos. Tradicionalmente asociada al comercio y al tránsito de viajeros por su puerto y aeropuerto, esta zona costera empieza a posicionarse como un nuevo polo de turismo científico, ornitológico y vivencial, gracias a enclaves como los Humedales de Ventanilla.
Cristian Vázquez, guardaparques de este ecosistema único, compartió con Caribbean News Digital la riqueza natural del lugar y los esfuerzos del Gobierno Regional por integrarlo a la oferta turística sostenible del Perú.
Turismo científico con los pies en la tierra
Vázquez describe los Humedales de Ventanilla como un paraíso para el turismo de observación de fauna, donde el contacto directo con la naturaleza es parte esencial de la experiencia. Aquí, ensuciarse de barro no es una molestia, sino una forma de reconectar con lo esencial.
Se trata de un destino ideal para el turismo científico, explica. Biólogos, ornitólogos y fotógrafos de naturaleza visitan el área atraídos por su diversidad de aves migratorias, reptiles (hasta cinco especies identificadas) y mamíferos, entre ellos varias especies de murciélagos. El guardaparques destaca, además, que es uno de los pocos puntos del litoral peruano donde se puede observar una subespecie de halcón peregrino, el ave más veloz del mundo, capaz de alcanzar los 360 km/h en picada.
Aunque Colombia lidera en América Latina el turismo ornitológico, Perú ocupa ya el segundo lugar y muestra un enorme potencial gracias a su megabiodiversidad. “Estamos en esa vía de desarrollo. Pero sí o sí, por todo lo que tenemos, el turista extranjero debería venir aquí para avistar aves”, afirma Vázquez.
Arte y comunidad, los potenciales de la región de El Callao
La propuesta de los Humedales de Ventanilla no se queda solo en la biodiversidad. Vázquez subraya el compromiso del Gobierno Regional del Callao con la promoción del lugar como destino turístico, apoyando iniciativas comunitarias que integran a los pobladores locales y la participación de quienes viven El Callao en primera persona, como él mismo, en ferias tan influyentes como PTM.
Dentro de sus funciones como guardaparques, necesita herramientas efectivas para proteger los humedales frente a la acción humana, como una adecuada gestión de residuos. Sin embargo, también resalta una dimensión clave de su trabajo: “Aparte de eso, tenemos una responsabilidad social bastante grande. En la cual queremos hacer que el poblador local se sienta integrado con el trabajo que hacemos”.
Una de las iniciativas más representativas es el trabajo con el junco, una planta abundante en la zona y tradicionalmente utilizada en la artesanía peruana. Los residentes recolectan y tratan esta materia prima, que secan y tiñen de forma natural —por ejemplo, con achiote— para elaborar piezas como escarapelas u otros objetos decorativos.
Además, se imparten talleres de arte y artesanía abiertos al público sin coste alguno. “No cobramos nada. El simple hecho de que vengan ya es una forma de impulsar que la gente nos visite. Queremos que vean que esto funciona, que es una iniciativa con futuro”, explica Vázquez, convencido del valor transformador del turismo cuando este se construye desde el territorio.
“La expectativa es alta y, por supuesto, la experiencia también”, concluye este profesional, cuyo objetivo es mostrar al mundo que la biodiversidad, el arraigo comunitario y una propuesta genuina colocan a los Humedales de Ventanilla al frente de un nuevo modelo turístico en El Callao, basado en la sostenibilidad, la educación y la sensibilidad social.