El calor extremo ya representa un handicap para los turistas europeos a la hora de escoger viajes
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Foto: Reuters
El modelo turístico de “sol y playa”, el cual ha sido usado y explotado por múltiples destinos del sur de Europa desde hace décadas, podría tener fecha de caducidad. Así lo refleja la recién publicada encuesta realizada por la Comisión Europea de Viajes, que evidencia que, si bien los países mediterráneos siguen siendo la principal opción de viaje para los europeos – España sigue siendo el destino más popular para los viajeros, con un 8% que planea unas vacaciones allí, seguida de Francia (7%), Italia (7%), Grecia (5%) y Croacia (5%) –, el número de europeos dispuesto a viajar a estos países de junio a noviembre de este año ha caído un 10% en comparación con el año pasado.
Además, el informe también señala que un 7,6% de los turistas europeos ven las condiciones climáticas extremas como una preocupación a la hora de organizar sus viajes, además de poner en evidencia que destinos como Dinamarca, Bulgaria, Irlanda o República Checa están experimentando un aumento de popularidad.
Si bien la cuestión de las condiciones climáticas se sitúa por detrás de otras preocupaciones como el aumento de los costes debido a la inflación (23,7%), la situación económica personal (16,9%) o incluso la masificación del destino (8,6%) – este último es otro de los aspectos que más afecta a las ciudades mediterráneas, sobre todo en el caso de Italia, Grecia y España –, resulta interesante analizar en qué medida estas temperaturas extremas en los países del sur de Europa pueden comprometer su estrategia turística.
Sin lugar a dudas, el calor extremo y las múltiples olas de calor que se están dando tanto en España como en otros países de la región sur de Europa durante el verano imposibilita enormemente ofrecer un turismo seguro y atractivo. En Reino Unido, por ejemplo, varios medios se han hecho eco de que muchos turistas británicos en España planean cambiar, por lo menos, las fechas en las que disfrutan de este turismo de sol y playa.
Y es que, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la temperatura media de España ha crecido 1,3ºC en los últimos 60 años, y en estas últimas semanas toda Europa enfrenta una ola de calor sin precedentes con temperaturas que rozan los 45 grados en países como España, Grecia e Italia.
Todo esto influye, como explicábamos, en la posibilidad de los turistas de visitar las ciudades de manera adecuada. Atenas, durante la citada ola de calor, cerraba el conjunto arqueológico de la Acrópolis, uno de los monumentos más visitados de Europa.
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¿Cuándo empezará a ser decisiva esta tendencia?
Si bien los datos reflejan que las temperaturas extremas representan ya un hándicap a la hora de escoger destino, los datos de llegadas de turistas en el sur de Europa no parecen que se vayan a ver afectados aún – las cifras de reservas hoteleras o de tráfico aéreo están incluso por encima de las de 2019 en España –. Sin embargo, todo lleva a pensar que la estrategia turística de varios países del sur del mediterráneo está en peligro en el largo plazo.
El aumento gradual de las temperaturas supondrá, definitivamente, mayor gasto energético, condiciones más exigentes para los trabajadores del sector, e incluso que se puedan dar restricciones de agua en ciertos puntos del país. Solo queda preguntarse, por tanto, ¿seguirá en el futuro siendo rentable este modelo turístico en la zona del sur de Europa durante el verano?