El Caribe gana turistas pese al retroceso de la demanda de EE.UU.
Durante el primer semestre de 2025, las llegadas de viajeros internacionales al Caribe crecieron cerca de un 2 %, aun cuando se observó una caída en la demanda proveniente de Estados Unidos. Esta contradicción revela la resiliencia de la región frente a choques externos y cambios en los mercados emisores.
Las estimaciones preliminares hablan de alrededor de 18,5 millones de arribos en ese periodo, ligeramente por encima de los 18,2 millones del año anterior y también superiores a algunos niveles prepandemia de 2019. Sin embargo, la recuperación no ha sido homogénea: mientras algunos destinos registraron crecimientos sólidos, otros aún no alcanzan las cifras esperadas.
La tarifa promedio diaria de las habitaciones aumentó aproximadamente un 3 %, pero la ocupación hotelera descendió levemente hasta el 73 %, lo que sugiere una estrategia de precios para compensar una demanda algo más selectiva. Ese patrón apunta a un ajuste comercial por parte de los alojamientos ante un mercado con mayor sensibilidad.
Destinos como Guyana, Curazao, San Vicente y las Granadinas, Trinidad y Tobago y Dominica lideraron el crecimiento interanual, beneficiándose de nichos específicos y programas de promoción. En contraste, otros territorios siguen esperando el regreso pleno de sus mercados tradicionales.
La reducción en la llegada de turistas desde EE. UU. fue parcialmente compensada por un aumento de visitantes desde Sudamérica y Europa, y por la consolidación de rutas aéreas que conectan mercados alternativos. Esto ha provocado un replanteo de la estrategia comercial de muchos destinos.
El reto para la región es ahora diversificar mercados emisores y mejorar la calidad del producto turístico, para reducir la dependencia de un único mercado y mitigar la exposición ante futuras turbulencias económicas o geopolíticas.




