El turismo en España: claves para 2024
Por Gabriela Sánchez
2024 pretende ser el año de la reivindicación de la industria turística española. Con más de un 20% de aportación de forma directa e indirecta al PIB nacional, y con el 2023 como mejor año en la historia del sector, este primer trimestre se vislumbra determinante para afianzar no solo grandes expectativas sino también reafirmar la necesidad de un mayor reconocimiento por parte de la sociedad española en tanto principal rubro económico.
Con esta premisa, la Mesa del Turismo de España en conjunto con ObservaTur y el patrocinio de Aseval Madrid, Caixabank, Iberia y Palladium Hotel Group, presentó este jueves en la sala Alcalá del Hotel Meliá Castilla, el informe de coyuntura multisegmento del año precedente en torno a las tendencias, fortalezas y deficiencias de la actividad turística en el país atendiendo cada uno de sus segmentos, que incluye, además, una propuesta de acción a corto y mediano plazo.
Se trata de la segunda ocasión en que se realiza un balance de este tipo en aras de consolidar el liderazgo de España y la competitividad de la marca país en la industria a nivel de Europa.
El estudio es resultado de encuestas a todo el ecosistema de Observatur, el criterio de expertos de la Mesa así como investigaciones de la Organización Mundial del Turismo y el Consejo de Viajes y Turismo, y versa sobre las siguientes líneas clave: tendencias en viajes y viajeros, alojamientos, sistemas de movilidad, demandas sectoriales, retos estructurales y emergentes, sin soslayar el peso de la situación política y sanitaria internacional.
Al respecto el presidente de la Mesa Juan Molas valoró el proyecto como una oportunidad muy positiva: “Entre todos, podemos gestionar el éxito alcanzado, corregir los errores cometidos y superar en lo posible los resultados obtenidos ofreciendo mejores servicios y obteniendo mayores rendimientos, contribuyendo a la generación de riqueza y empleo, de bienestar al fin y al cabo para toda la sociedad y muy singularmente ofreciendo una gran oportunidad a los emprendedores y a las nuevas generaciones, suponiendo un impulso en la modernización los pueblos y ciudades, en la digitalización, la protección medioambiental y la repoblación de la conocida como España vaciada”.
Molas adelantó que el hecho de que semana santa sea en marzo hará que este año exista una previsión de ocupación entre el 70% y 90% del turismo urbano de las principales ciudades del país, cifras que pronostican un panorama incluso mejor que el precedente.
En consecuencia con estos resultados, volvió a ponerse sobre el tapete un viejo reclamo: la independización del Turismo como un ministerio propio, cuestión clave para el diseño de políticas homogéneas, mecanismos centralizados y consensuados a nivel nacional que sea a su vez capaz de velar por la representatividad equitativa, gestionar presupuestos generales del Estado y la alianza coherente entre instituciones públicas y privadas. Asimismo, el socio director de ObservaTUR Marcos Franco subrayó la necesidad de creación de un organismo regional específico en materia turística donde España ocupe un rol protagónico.
“No hemos sido capaces de transmitir a la sociedad española el peso del sector”, dijo Molas. De esto se han derivado fallas en la formación continua de los profesionales de subsectores como la hostelería conduciendo a altos índices de desempleo y a la contratación de personal extranjero, añadió.
En este sentido, el tema constituye otro de los reclamos de la Mesa para eliminar o al menos aliviar la crisis de recursos humanos acelerada por la pandemia que adolece la industria. La propuesta se encamina entonces a impulsar la captación de nuevos talentos.
Un punto esencial en el Turismo español actual es la reestructuración del Programa de Turismo Social del IMSERSO. Sobre ello, la Mesa destacó que existe ya un modelo para su modernización, que favorecerá la diversificación de productos y mercados, así como la desestacionalización.
“Tenemos diseñado el nuevo modelo conjuntamente con asociaciones profesionales competentes como son cooperación de hostelería de España, con la Confederación de Agencia de Viajes, Transportes, etcétera, pues actualmente esta iniciativa ocasiona más pérdidas que ganancias al sector”, declaró Molas.
Por otro lado, el proyecto destaca entre sus desafíos una evaluación de las potencialidades de la digitalización y la inteligencia artificial como plataformas clave en términos de atención al cliente.
“Ya los clientes no compran viajes sino experiencias”, apuntó Franco, con lo cual se intuye una necesidad de hiperpersonalización de los servicios y de modernización de las infraestructuras hoteleras para ofrecer propuestas exclusivas.
La crisis climática y los efectos de la pandemia han marcado estrategias sanitarias, de sostenibilidad y de comportamiento diferentes que altera la convivencia entre residentes y turistas. De esta manera, el análisis también enfatiza tanto en el estudio de los nuevos perfiles de viajeros más flexibles como en los modelos de servicio.
Relacionado con este tópico, Molas advirtió sobre la importancia de políticas energéticas e hídricas para asegurar calidad y sostenibilidad. El foco se pone sobre regiones que carecen de plantas desoladoras u otros sistemas de suministro de agua como Costa Brava Norte y Costa Brava Centro en Cataluña o la costa del mar de Málaga y Sevilla.
El 2023 demostró una vez más que el turismo en España es un eslabón clave, y en crecimiento. El llamado para seguir en su consolidación es potenciar no solo la alternativa de sol y playa sino otros destinos con grandes atractivos turísticos urbanos lo que implica políticas económicas y sociales generales, concluyó Molas.