El turismo se abre camino en el espacio
Hay pocos puntos de la tierra que no hayan sido conquistados por la industria turística. Y parece que el resto del universo tampoco va a ser una excepción. El pasado 29 de junio, la compañía de turismo espacial Virgin Galactic – fundada en 2004 por Sir Richard Branson – lanzaba el primer viaje comercial fuera del planeta Tierra de la historia, tras años de obstáculos e incluso accidentes.
Pero este hito se enmarca en la carrera espacial que llevan protagonizando, desde hace varios años, múltiples empresas privadas tras la liberalización de la industria aeroespacial, las cuales entienden que el turismo puede tener cabida en este sector. Detrás de estas empresas se encuentran grandes fortunas como Jeff Bezos – la compañía Blue Origin – el propio Richard Branson –Virgin Galactic – o Elon Musk – SpaceX –.
Ya en abril del pasado año, la propia SpaceX envió a cuatro turistas espaciales a la Estación Espacial Internacional (EEI) a bordo del Crew Dragon, un viaje por el que cada uno de ellos pagó 55 millones de dólares, que incluía el viaje, alojamiento e incluso las comidas. Sin lugar a dudas, el destino turístico más caro del mundo.
Asimismo, en agosto del mismo año, la compañía espacial de Jeff Bezos enviaba a seis turistas al espacio, en un viaje de 10 minutos de duración, y que suponía el sexto vuelo de turismo espacial con éxito de Blue Origin. No obstante, Rusia ya había sido pionera en este turismo espacial, llevando a nueve turistas al espacio en los últimos 20 años.
Por su parte, el segundo vuelo comercial al espacio de la historia ya tiene fecha, y es que Virgin Galactic ha anunciado que este viaje está programado para el 10 de agosto. Los pasajeros en esta ocasión serán una madre e hija caribeñas, y el exatleta olímpico Jon Goodwin, de 80 años de edad. El precio de este recorrido, por supuesto, va acorde con la magnitud del viaje: cada billete ronda los 400.000 dólares.
Por supuesto, estas cifras están fuera del alcance de cualquier persona de a pie, por lo que entender que el turismo espacial es ya una realidad consolidad resulta bastante ingenuo. No obstante, el hecho de que múltiples empresas privadas hayan dedicado – y continúen haciéndolo - tal cantidad de recursos en este sector, y que haya personas dispuestas a pagar semejante cuantía económica representa que, quizás, estos millonarios no estaban tan desencaminados con sus proyectos de turismo espacial.