Europa deja de tener temporada baja: el otoño se convierte en el nuevo pico turístico
El tradicional “secreto mejor guardado” para viajar a Europa —el otoño— parece haber llegado a su fin. Lo que antes era una escapada tranquila tras las aglomeraciones del verano, hoy se ha convertido en una nueva temporada alta, impulsada por el calor extremo, la saturación turística y el creciente interés por experiencias más relajadas y significativas.
El cambio se percibe en destinos icónicos como París, donde cada vez más viajeros evitan los meses de julio y agosto. Según expertos como Jason Stevens, CEO de Wayfairer, el verano europeo se ha transformado en un “infierno de calor y multitudes”, lo que ha acelerado la preferencia por viajar en septiembre y octubre. Sus clientes —principalmente estadounidenses— han encontrado en el otoño una alternativa más soportable y menos caótica.
Esta tendencia se refleja en cifras contundentes: los viajes desde Estados Unidos hacia Europa en otoño crecieron un 25% interanual, según HotelPlanner. Grupos como Leading Hotels of the World reportan incrementos del 20% en ingresos, mientras agencias británicas, como Advantage Travel Partnership, registran ventas un 28% más altas en este periodo.
El fenómeno tiene varias causas. La primera es el cambio climático: Europa, el continente que más rápido se calienta, ha sufrido incendios récord y sucesivas olas de calor, lo que desalienta los viajes de verano. A esto se suma la fortaleza del dólar, que ha motivado a más estadounidenses a cruzar el Atlántico fuera de la temporada peak.
Ciudades como Florencia, Roma, Atenas y destinos en Grecia y Croacia describen un otoño 2025 más concurrido que nunca. Los guías turísticos hablan de agendas completas, e incluso noviembre —tradicionalmente “mezzo stagione”— empieza a mostrar niveles inesperados de ocupación.
Pero el éxito del otoño trae nuevos retos: los precios ya no bajan tanto como antes. En Europa, las tarifas hoteleras han aumentado un 25% interanual en esta época, y en ciudades con ocupación cercana al 90%, las habitaciones superan los 300 dólares la noche. Los expertos advierten que la “temporada secreta” ha pasado a integrar el periodo de alta demanda, con picos de precios y disponibilidad limitada.
Pese a ello, reservar con antelación todavía ofrece beneficios: algunas tarifas bajan hasta el 50% respecto a julio y agosto. Además, destinos emergentes o con climas más templados —como Escandinavia, Irlanda, Países Bajos o las zonas montañosas— podrían convertirse en los nuevos refugios veraniegos, en tendencia con el auge de las llamadas “coolcations”.
Mientras tanto, los profesionales del turismo auguran que la transformación del calendario continuará. La primavera temprana empieza a perfilarse como la próxima “temporada secreta”, y cada año se recorren más los límites de la actividad turística hacia un modelo casi permanente.
Europa, parece, ya no tiene temporada baja. Sólo nuevas formas —y nuevos meses— para enfrentar el turismo masivo.




