Robar adoquines: la peligrosa moda que pone en peligro el turismo en Brujas
Por Maria Carrasco Lloria
Mientras que unos compran imanes y postales para sus allegados —e incluso se arriesgan con alguna delicada taza con el nombre de la ciudad—, otros turistas arriesgan el recuerdo de la ciudad y ponen en peligro su patrimonio histórico y cultural, llevándose los adoquines del suelo en Brujas. Esta moda ilegal destruye el paisaje urbano —por no hablar de una identidad labrada durante siglos—, ante lo que las autoridades han tenido que pedir que “los dejen donde están”.
El Ayuntamiento de Brujas, una de las ciudades más visitadas por el turismo en Bélgica, ha denunciado el robo de cientos de adoquines del centro histórico. El concejal de Bienes Públicos, Franky Demon, ha señalado que los lugares más emblemáticos se están viendo gravemente afectados por este vandalismo. El edil ha indicado que hay zonas en las que desaparecen entre 50 y 70 adoquines al mes.
Además, estos delitos coinciden con las épocas de mayor afluencia turística, en primavera y verano, por lo que se sospecha que son los propios turistas quienes sacan estas piedras de su lugar para meterlas en la maleta.
Un problema que afecta a la seguridad: “Dejen ese adoquín donde debe estar”
Los adoquines no son piedras precisamente pequeñas, lo que implica que, una vez retiradas, se crean huecos en las vías que pueden provocar accidentes, como tropiezos de los peatones. Por otra parte, la reparación de las calles es costosa, ya que el nuevo material debe mantener la apariencia de unas piedras que llevan siglos en su sitio.
“Simplemente pedimos respeto. Quien pasea por Brujas atraviesa siglos de historia. Dejen ese adoquín donde debe estar”, pedía el concejal.
Demon ha recordado encarecidamente a los visitantes que respetar el entorno es parte del turismo responsable. Brujas es un destino de historia que se disemina con cada robo. Los adoquines han dejado de sobrevivir al paso del tiempo para viajar a un lugar que no les corresponde.
Una práctica ilegal nada novedosa
Desafortunadamente, no se trata de una práctica desconocida, ni Brujas es la primera víctima. Destinos como Marruecos han prohibido el transporte de arena del desierto por parte de turistas, mientras que en Roma llevan años denunciando la desaparición de los sampietrini, adoquines de lava solidificada, así como ocurre también con las piedras de Pompeya.




