Santorini se queda casi desierta ante la amenaza de un terremoto
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La icónica isla de Santorini atraviesa una de sus crisis más severas tras ser sacudida por una ola de terremotos en las últimas dos semanas, lo que ha dejado la isla prácticamente desierta.
El lunes por la noche, un sismo de magnitud 5.3, el más fuerte registrado en este episodio de actividad sísmica, volvió a estremecer la región. Ante el aumento de temblores, las autoridades griegas declararon el estado de emergencia la semana pasada, obligando a la evacuación de gran parte de la población. Actualmente, al menos 13.000 de los 15.000 habitantes de la isla han tenido que abandonar sus hogares por motivos de seguridad.
Miles de réplicas y un futuro incierto
Desde enero, el Laboratorio de Sismología de la Universidad de Atenas ha registrado más de 12.800 temblores en la zona. El martes, el comité de gestión de crisis de la universidad advirtió que no se puede descartar un sismo de mayor intensidad, según reportes de AP.
El lunes, Santorini experimentó 109 temblores en un solo día, de los cuales 13 superaron la magnitud 4 y dos fueron superiores a 5. Aunque los sismólogos inicialmente creían que la actividad sísmica estaba disminuyendo, los últimos eventos han generado preocupación sobre un posible aumento en la intensidad de los movimientos telúricos, informó la BBC.
El sector turístico, principal motor económico de Santorini, ya está sintiendo los efectos de la crisis. La naviera Viking, que tenía programado el primer arribo de la temporada con el crucero Viking Star, canceló la escala en la isla debido a la situación y optó por atracar en el puerto de Souda, en Creta. Asimismo, la compañía anuló su visita prevista para el 15 de febrero, sustituyéndola por una parada en Kuşadasi (Éfeso), Turquía.
Santorini, que recibe anualmente alrededor de 3,4 millones de turistas, depende en gran parte del turismo de cruceros. Solo en 2023, más de 800 barcos llevaron cerca de 1,3 millones de pasajeros a la isla.
Con la incertidumbre sobre la evolución de la actividad sísmica, el futuro inmediato de uno de los destinos más emblemáticos del Mediterráneo sigue siendo incierto.