Plantilla de Iberia asumirá 75% de los costes del plan de reestructuración de la aerolínea
El consejero delegado de Iberia, Rafael Sánchez-Lozano, está dispuesto a “negociar todo” con los sindicatos, siempre y cuando el resultado sea la mejoría de la cuenta de resultados de la compañía en 600 millones de euros en 2015, lo que le permitiría pasar de las pérdidas operativas actuales de 300 millones a unos beneficios del mismo monto en un período de tres años.
Según una nota de Finanzas, el plan de reestructuración implicaría reducir los costes laborales de la aerolínea en 450 millones de euros para esa fecha, mediante reducciones salariales y recortes de plantilla, mientras sólo 150 millones se basarán en mayores ingresos.
La dirección de Iberia achaca los malos resultados de la compañía a que sus costes laborales son muy superiores a los de sus competidores -su masa salarial asciende a 1.300 millones de euros- y a que la productividad de sus trabajadores es inferior, por lo que hace recaer tres cuartas partes del esfuerzo en ese sector, subraya el reporte.
Según la patronal, la reducción de los sueldos para los trabajadores que permanezcan en la compañía en 2015 deberá ser entre un 25% y un 35% inferior a la que resultaría de no aplicar congelaciones, trienios y reajustes en estos momentos.
En el caso de los tripulantes de cabina esa disminución puede llegar al 40% y al 47% en los pilotos, dos sectores cuyos costes son críticos para la gerencia, pues a su juicio están muy por encima de los que establece la competencia.
La dirección de Iberia cifra en 21% el sobrecoste de los pilotos en el largo radio respecto a los competidores, y en 23% su menor productividad, datos que son rebatidos por el Sepla, que se ha ofrecido a firmar el convenio colectivo de British Airways, asociada de la entidad española, si se considera que esta aerolínea es más competitiva.
Según Sánchez-Lozano, el colectivo menos competitivo es el de tripulantes de cabina, pues la retribución de los auxiliares de vuelo es entre 56 y 58% superior al de otras compañías, y su productividad es entre 12 y 24% inferior.
Los sindicatos se oponen al plan presentado por la empresa y responsabilizan de los malos resultados a una mala gestión de la dirección de Iberia, aunque admiten la necesidad de hacer esfuerzos para salvar la compañía.
La empresa asegura que los márgenes de negociación “son amplísimos”, y que “está dispuesta a que el recorte de plantilla se haga mediante prejubilaciones, expedientes de regulación temporal y, por supuesto, despidos”, al tiempo que asegura que más de la mitad de los 4.500 trabajadores que perderán su empleo estaría en edad para la primera de esas opciones.
En la variante de cesantía, el consejero delegado afirmó que está “dispuesto a ir más allá de 20 días por año en la negociación”, subraya la nota de Finanzas, y agrega además que la patronal llegaría incluso a “congelar” el crecimiento de Iberia Express, a fin de conseguir un acuerdo sobre el plan de ajuste.
Sánchez-Lozano aseguró a la prensa que no ve “ningún motivo” para que los sindicatos eludan la negociación y convoquen a una huelga, pero los representantes gremiales afirman que a la gerencia le preocupa la unidad mostrada por ellos con respecto a este tema, pues hasta ahora la empresa había podido negociar colectivo a colectivo.
El sindicato de pilotos Sepla no acudió a la reunión sobre el plan de ajuste pues estimó que había que esperar que se dictara un nuevo laudo, como ordenó la Audiencia Nacional tras recurrir Iberia el anterior.
La dirección de Iberia ha confirmado que habrá reestructuración, se logre o no un acuerdo con los trabajadores, y anunció que segregará en una filial el negocio de handling de todos los aeropuertos excepto Barajas, lo cual afectará a 4.000 personas de una plantilla de 7.000, y dejará el mantenimiento en manos de terceros (la plantilla actual es de 4.000 empleados).