República Dominicana: Samaná, destino para la observación de ballenas en la temporada de invierno

01 de Marzo de 2011 12:39am
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República Dominicana: Samaná, destino para la observación de ballenas en la temporada de invierno

República Dominicana. Cada temporada de invierno, entre los meses de enero y marzo, cientos de ballenas jorobadas llegan a las aguas frente a las costas de la provincia de Samaná para aparearse y dar a luz sus crías tras una larga travesía desde las frías regiones del Atlántico norte. Es un espectáculo que presencian cada vez más turistas de todo el mundo.

Las Yubarta o ballenas Jorobadas como se les conoce popularmente, llegan al cabo de una prolongada travesía que se inicia en Noruega, Islandia, Groenlandia, Canadá y  Estados Unidos.

Alrededor del 90% de las jorobadas del Atlántico Norte se trasladan a las aguas tropicales y por tres meses viven en el Santuario de  Mamíferos Marinos Banco de la Plata, Banco de la Navidad y Bahía de Samaná.

Esta área marina de 33.000 kilómetros cuadrados es protegido por el Ministerio de Medio Ambiente. Se trata de la zona protegida más extensa del país, en la bahía de Samaná frente a Punta Balandra.

El nombre científico de estos mamíferos es Megaptera Novaeagliae, y aunque son enormes y pesados se les conocen bien por su carisma y ligereza, que se muestra en altos saltos, coletazos y aletazos que realizan en la superficie.

De enero a marzo, las ballenas jorobadas llegan a las aguas dominicanas, comentó el biólogo Peter Sánchez, administrador del observatorio de ballenas, quien asegura que la travesía de estos mamíferos gigantes data de tiempos precolombinos.

Sólo en 1985 las autoridades dominicanas crean el Banco de la Plata para preservar la especie, cuya captura está prohibida, aunque se permite el acceso de visitantes.

El macho y la hembra alcanzan la madurez sexual a los nueve años, cuando miden unos 11 metros los machos, y 12 metros las hembras.

La República Dominicana mantiene ciertas regulaciones que deben ser respetadas por los excursionistas al llegar al observatorio, entre ellas la presencia de sólo tres embarcaciones a la vez en observación.

Sánchez señala que las embarcaciones en espera deben mantener una distancia de 250 metros, detrás de las embarcaciones en observación.

Al momento en que las embarcaciones llegan a los 250 metros de donde están los mamíferos, la velocidad de las lanchas debe ser reducida a un mínimo hasta llegar a la distancia de la observación. En este punto, los motores deben quedar en neutro.

Otras medidas de seguridad estipulan distancias obligatorias entre las ballenas y las embarcaciones para el caso de la madre con los ballenatos. Está prohibida la observación aérea de las ballenas.

La actividad de observación de ballenas aporta vida económica a las  provincias de Samaná, La Altagracia, en el este dominicano, y Puerto Plata, en la Costa Atlántica, donde más de 27.000 visitantes de todas partes del mundo llegan para disfrutar del espectáculo de las ballenas jorobadas que inicia el 15 de enero de cada año y finaliza el 30 de marzo.

La gestación de estos animales marinos dura unos 11 meses. Al nacer, las crías miden de 11 a 13 pies de largo y promedian 2.000 libras, unos 1.000  kilos.

Entre las dificultades que pasan las ballenas en aguas del Caribe figura la pérdida de peso debido a que no se alimentan en esta zona. Las jorobadas adultas pueden llegar a pesar unos 30.000 kilos.

Además de ballenas, el santuario alberga cachalotes, delfines, ballenas  piloto, manatíes, tortugas carey, tinglar, bubíes, tijeretas, pelícanos y  gaviotas.

Numerosos turistas pueden tener acceso a torres de observación terrestre, creadas por las autoridades ambientales. Una primera torre fue inaugurada en el área de las Galeras en Samaná y es conocida como la torre de Punta Balandra.

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