Bocairent, el laberinto tallado en piedra del Mediterráneo

04 de Abril de 2025 6:18pm
Redacción Caribbean News Digital
Bocairent

 

por Gabriela Sánchez

Bocairent viene a sacar la cara más rural de Valencia. El pueblo incluido entre los más bonitos de España, revela que el Mediterráneo tiene algo más que costa y que su interior es tan valioso como sus playas. Eso sí, no es precisamente el paraíso para quienes sufren de vértigo. 

Su ubicación es en la Vall d’Albaida, al pie de la Sierra de Mariola, en la Comunidad Valenciana y si hay algo que lo distingue especialmente es su estética laberíntica. Predomina la piedra tallada a lo largo de sus montañas, el silencio, los desniveles y escalinatas con un aire árabe y medieval. 

En ese sentido, el casco antiguo —conocido simplemente como “el barri”— es de los mejores ejemplos. Así lo confirman sus callejuelas en zigzag, escalinatas, plazas recoletas, fuentes y ermitas que aparecen de pronto entre callejones estrechos. Las fuentes, por cierto, son diez, y entre las más queridas están la Font de Gràcia, la de l’Empedrat y la d’Asensio.

Aunque si hablamos de sitios a los que se les guarda especial cariño, la Plaza de Toros encabeza la lista. Construida en 1843, tiene una apariencia muy similar a un anfiteatro romano, pero para corridas y su capacidad da espacio a más de 3.500 espectadores. Hoy se usa más para celebraciones culturales y deportivas.

Bocairent tampoco escapa de los rincones enigmáticos. En ese sentido, destaca Les Covetes dels Moros, un conjunto de cincuenta pequeñas ventanas excavadas en la roca vertical del Barranco de la Fos, que dan acceso a una serie de habitaciones comunicadas entre sí. Desde 1932 están declaradas Monumento Nacional.

Bocairent

Aunque la teoría más aceptada lo atribuye a antiguos graneros de época andalusí, nadie lo ha podido confirmar del todo. Lo que sí está claro es que no deja a nadie indiferente. Para visitarlo, es preciso contar con cierta destreza física: para su interior se necesita incluso trepar, mientras la mayor parte del recorrido externo se hace agachado. 

Otro punto imprescindible es el convento-monasterio rupestre, del siglo XVI. Excavado directamente en la roca, fue fundado por monjas agustinas de clausura y ofrece una experiencia tan extraña como fascinante: celdas austeras y pasadizos sombríos.

Fuera del casco urbano, se erigen paisajes espectaculares como los de la Ruta del Agua, de valor natural pero también histórico, puesto que fue clave en el desarrollo textil del pueblo. El itinerario discurre entre chopos, molinos, lavaderos y antiguos saltos de agua. Desde allí se puede subir a la Sierra de Mariola, declarada parque natural en 2002 y otras conducen a cavas de neu, antiguos pozos de hielo donde se almacenaba nieve en invierno para usar el agua en verano.

Justo a la época invernal le debe el pueblo uno de sus símbolos culturales más emblemáticos: las mantas. Tanto es así, que en la entrada del Bocairent hay una escultura homenajeando esta prenda. De sus fiestas típicas destacan en febrero, la dedicada a Moros y Cristianos, mientras en agosto, las Danses de Sant Agustí. No obstante, la premisa para vivirlo es dejarse perder entre sus sitios.

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