España se apresta a recibir otro verano en medio de protestas contra el turismo

Las protestas contra el turismo masivo han resurgido en España a pocos días del inicio de las vacaciones de Semana Santa, en un contexto de creciente malestar ciudadano por el impacto del sector en el acceso a la vivienda y el coste de vida.
El pasado 5 de abril, cientos de miles de personas salieron a las calles en más de 40 ciudades del país para exigir soluciones urgentes ante una situación que consideran insostenible.
España recibió más de 90 millones de turistas extranjeros en 2024, y se estima que para 2040 esa cifra podría superar los 115 millones, según la consultora Braintrust. Este flujo ha provocado una crisis habitacional, con viviendas convertidas en alquileres turísticos y el aumento de los precios impulsado por plataformas como Airbnb y Booking.com, a las que los manifestantes señalan como responsables de la “gentrificación” y el desalojo de residentes.
Ciudades como Barcelona y Madrid han tomado medidas, como la congelación de licencias para pisos turísticos y la propuesta de gravar con un 100 % de impuestos la compra de propiedades por parte de no residentes de la UE. Sin embargo, muchos consideran que estas acciones llegan tarde y son insuficientes. En Barcelona, los organizadores afirman que más de 100,000 personas participaron en las protestas, mientras que en Madrid los cánticos pedían sacar Airbnb de los barrios.
En regiones como Tenerife y Mallorca, el malestar va en aumento. En la capital tinerfeña se han registrado huelgas de hambre y actos de vandalismo contra coches de alquiler, y los sindicatos han amenazado con huelgas en el sector hotelero durante Semana Santa si no se revisan los salarios. Además, activistas advierten que podrían bloquear aeropuertos si no se aplican medidas más estrictas para controlar el turismo.
El próximo mes, 15 grupos activistas de España, Portugal, Italia y Francia se reunirán en Barcelona para coordinar acciones contra el turismo insostenible.
Movimientos como Menys Turisme, Més Vida de Mallorca anuncian una intensificación de sus campañas este verano, con el objetivo de frenar el modelo turístico actual, al que culpan de la especulación inmobiliaria, el deterioro del medio ambiente y el empobrecimiento de las comunidades locales.