Colombia espera carnaval sureño, Patrimonio de la Humanidad

18 de Diciembre de 2014 1:56am
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El Carnaval de negros y blancos, la mayor fiesta del sur colombiano, renueva cada año a la ciudad de San Juan de Pasto, conocida internacionalmente por el arraigo de esa tradición que hoy ya organizan sus protagonistas.

Más de 9 000 artistas preparan sus trajes tejidos, carrozas, cantos y coreografías para deslumbrar a pobladores y visitantes durante el jolgorio, que comenzará el venidero 2 de enero y terminará seis días después.

Declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2009, la parranda fusiona múltiples culturas y expresiones pertenecientes a la cordillera de los Andes, la Amazonía y la costa del Pacífico.

Influencias aborígenes, africanas y españolas convergen en la celebración carnavalesca, en la que no faltan los vestuarios y tonadas indígenas, así como antiguos instrumentos típicos de América Latina, zancos y comparsas.

Aunque no existen precisiones sobre su origen, lo cierto es que data de varios siglos atrás, aseguran historiadores.

"El carnaval enorgullece a los habitantes de San Juan de Pasto, el alma de la ciudad gira a su alrededor para seducir al público con una presentación única, apegada a las raíces y a la identidad de Colombia", comentó la gerente del espectáculo, Gisela Coral.

"Tenemos escuelas y talleres donde enseñan a los pequeños los ritmos y pasillos, la transmisión oral de padres a hijos es otra de las formas de conservar esta práctica, exclusiva de nuestra ciudad y que palpita en el corazón de los creadores, bailarines y de todo el pueblo", insistió.

Dentro de la festividad sobresale el colectivo coreográfico Indoamericanto, el cual utiliza bombos, redoblantes y quenas para interpretar sayas afrobolivianas, sanjuanitos ecuatorianos, pasacalles de origen español y bambucos, autóctonos de Colombia, junto a tonadas campesinas.

"Hemos logrado motivar a muchos jóvenes para inculcarles respeto y amor por el legado de nuestros abuelos, ojalá aprendan que lo que se hacía antes era mucho mejor", afirmó el director de esa fundación artística, Jhonny Benavides.

El festejo más grande y atractivo del departamento de Nariño, fue reinstaurado en 1834 tras años de prohibición por las autoridades coloniales.

Desde entonces cautiva cada enero a miles de lugareños y turistas, atraídos por la lucidez del espectáculo, suerte de abanico cultural de la región suramericana. (Con información de PL).

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