Cuba: Reabren Museo Napoleónico de La Habana, con presencia de descendiente del emperador francés

Cuba. Alix de Foresta, princesa Napoléon; el embajador de Francia en este país, Jean Mendelson; el Historiador de La Habana, Eusebio Leal, y otras personalidades asistieron a la ceremonia de reapertura del Museo Napoleónico de La Habana, considerado uno de los cinco más importantes del mundo en su tipo con una colección de 8.000 piezas, que estuvo sometido a un proceso de renovación durante los últimos tres años.
"Ciento noventa años después del fallecimiento de Napoleón Bonaparte, se conserva y se renueva en una isla del Caribe el monumento a quien fuera, sin lugar a dudas, una de las figuras más importantes de la historia moderna", dijo el historiador de la Ciudad, Eusebio Leal.
Entretanto, Su alteza imperial, Alix de Foresta, princesa Napoleón, descendiente del “gran corso”, subrayó la labor de Eusebio Leal y su equipo de trabajo en la resurrección del centro expositivo, cuya colección se enriqueció con una donación de la familia del Emperador francés.
La donación consiste en piezas de porcelana del patrimonio personal de la familia Bonaparte que serán exhibidas junto a un reloj de oro de Napoleón. "Agradezco a todos aquellos que lucharon por mantener vivo este museo", expresó De Foresta al entregar las piezas, para que ofrezcan testimonio de su “estima por esta obra excepcional y de su amistad por la isla de Cuba, tan orgullosa de su historia”.
Alix de Foresta es la princesa Napoleón, viuda de Louis Marie Bonaparte, príncipe Napoleón, quien a su vez es descendiente del Rey Jérôme, el hermano menor de Napoleón Bonaparte.
Jean Mendelson, embajador de Francia en Cuba, felicitó a la Oficina del Historiador por su trabajo para preservar los lugares históricos y destacó que el museo es "sin duda la más bella colección patrimonial no europea de esa enorme transformación de 1789 y del siglo que le siguió”.
El donativo, que se exhibe ya en el museo habanero, forma parte de una vajilla parisina, regalo de bodas del Emperador a su hermano menor, el príncipe Jerôme, quien reinó en Westfalia, al contraer nupcias con la princesa Catalina de Wurttemberg.
El Museo
Ubicado en un hermoso palacio de estilo florentino de cuatro pisos, en la capital cubana, el Museo Napoleónico muestra unas 8.000 piezas relacionadas con la Revolución francesa, el Consulado y el Imperio.
La pieza principal, dentro de la colección de cuadros, estatuas, trajes y armamentos, porcelanas y bronces, es la máscara mortuoria de Napoleón, traída desde Santa Elena por el último médico del Emperador, Francesco Antommarchi, quien murió en Santiago de Cuba (en el oriente de la isla caribeña) de fiebre amarilla.
Reconocidos restauradores cubanos participaron en la renovación de la Dolce Dimora, la Dulce Morada, construida entre 1926 y 1929 para el político cubano italiano Orestes Ferrara Marín por los arquitectos Evelio Govantes y Félix Cabarrocas, que ya habían trabajado también en el imponente Capitolio de La Habana.
El inmueble de estilo renacimiento florentino acogió a principios de los años 60 la extraordinaria colección reunida por el hombre de negocios Julio Lobo, admirador ferviente del Emperador.
Los trabajos de acondicionamiento permitieron especialmente la exposición de trajes y piezas de orfebrería, muy susceptibles al clima tropical. La biblioteca, de 100 metros cuadrados de superficie y madera preciosa en el cuarto piso del inmueble, ofrece un conjunto único de unos 5.000 volúmenes en francés, español e inglés, relacionados con la epopeya revolucionaria e imperial francesa.